El Parque Nacional del Teide estrena un nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que impone una serie de prohibiciones estrictas para proteger su frágil ecosistema y paisaje. El acuerdo ha sido firmado por el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife y sustituye la regulación vigente desde hace 23 años.
Entre las novedades más contundentes destaca la prohibición de consumir alcohol fuera de los bares y restaurantes autorizados. Ni cerveza, ni vino ni licores podrán tomarse en el espacio natural, una medida que no aplicaba antes.
También queda terminantemente prohibido apilar piedras, una actividad que se ha popularizado en costas tinerfeñas pero que expertos alertan que daña el entorno. En el mismo sentido, se pone freno al efecto ‘postureo’ en redes sociales, ya que queda prohibido transitar, estacionar o acceder a zonas fuera de los senderos señalizados y zonas restringidas para evitar daños a la flora.
Otro punto clave es el endurecimiento sobre vehículos recreativos. El nuevo PRUG veta el paso y el aparcamiento de caravanas y autocaravanas salvo casos muy concretos donde estén vinculadas a actividades autorizadas como rodajes o investigaciones. Además, se prohíbe acampar o pernoctar en cualquier tipo de vehículo dentro de los 189 kilómetros cuadrados del parque, y solo se permitirá el tránsito de vehículos por vías asfaltadas, no por pistas ni senderos.
Medidas contra contaminación y objetos foráneos
El PRUG prohíbe usar o instalar cualquier material que pueda alterar el medio natural, incluyendo urnas funerarias, cenizas o cualquier objeto conmemorativo que no esté regulado. Se frena la instalación fija o temporal de elementos publicitarios o cualquier otro artefacto polémico para proteger la imagen y la biodiversidad del paraje.
Además, el documento mantiene prohibiciones clásicas, como la caza (salvo para controlar especies invasoras), la introducción de animales no nativos y actividades que generen riesgo de incendio: pirotecnia, globos de gas o maniobras militares, entre otras. También queda vedado el aeromodelismo, el uso de cometas o globos y el sobrevuelo de aeronaves salvo en casos autorizados o emergencias.
Sobre la mayoría de las actividades deportivas, el ciclismo queda limitado a las vías asfaltadas aunque se permiten algunas pistas específicas cuya incidencia será evaluada periódicamente para establecer limitaciones si es necesario.
El plan también busca proteger el cielo nocturno y la observación astronómica. El Teide alberga uno de los observatorios más importantes del mundo, del Instituto de Astrofísica de Canarias, y se prohíbe la instalación de dispositivos lumínicos o sonoros que perturben la experiencia de los visitantes o las operaciones científicas.
El documento será revisado esta semana por el Patronato del parque, liderado por la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila, y cuenta con representantes de administraciones, instituciones educativas y científicas, además de organizaciones sociales y empresariales.
El Teide, declarado Patrimonio de la Humanidad, vuelve así a reforzar su estatus como uno de los espacios naturales protegidos más visitados y cuidados de Europa, buscando un equilibrio entre turismo y conservación.
