Estados Unidos está evaluando una posible ofensiva de ataques con drones dentro de Venezuela para golpear a narcotraficantes y laboratorios de droga, según fuentes militares citadas por NBC News.
La operación podría comenzar en semanas, aunque el presidente Donald Trump aún no dio su aprobación final. Según cuatro fuentes consultadas por la cadena estadounidense, el objetivo es atacar desde el aire a personas y centros clave del narcotráfico vinculados al llamado Cartel de los Soles.
Esta escalada se produce tras semanas de despliegue militar estadounidense en el Caribe, que incluye destructores, buques anfibios, un submarino nuclear y aviones de combate. El Pentágono informó haber destruido al menos cuatro narcolanchas provenientes de Venezuela, aunque solo mostró videos poco claros como prueba.
Washington acusa al gobierno de Nicolás Maduro de colaborar con carteles que envían cocaína y pandilleros a Estados Unidos. Maduro, que niega los cargos, considera que la presión militar busca derrocarlo, y respondió con un simulacro nacional y refuerzo de la milicia civil.
Fuentes indican que EE.UU. contempla usar ataques precisos con drones para minimizar riesgos, pero la Administración Trump también evalúa si una acción directa puede debilitar efectivamente a Maduro, cuyo control permanece firme pese a la presión.
Los rumores de posibles movimientos armados generaron además negociaciones indirectas entre Washington y Caracas a través de líderes de Medio Oriente. Maduro habría ofrecido colaborar en la captura de jefes de la banda Tren de Aragua y pidió diálogo directo en una carta a Trump.
“Venezuela nos está enviando a sus pandilleros, sus narcotraficantes y drogas. Es inaceptable”, dijo Trump en declaraciones anteriores.
El gobierno venezolano calificó la amenaza de “ilegal y totalmente inmoral”. El canciller Yvan Gil denunció en la ONU la violación a la Carta de Naciones Unidas por parte de EE.UU., mientras que Trinidad y Tobago respaldó la presencia militar estadounidense en el sur del Caribe.
Analistas advierten que un ataque en suelo venezolano podría desencadenar protestas diplomáticas, aumento de la persecución interna y mayor apoyo popular a Maduro bajo la bandera de la soberanía nacional.
En medio de esta tensión, el aumento a 50 millones de dólares de recompensa por Maduro y la mantenida presión militar indican que Washington no descarta un cambio de régimen como meta secundaria de la operación.
Por ahora, el mundo sigue al filo ante la posibilidad de incursiones norteamericanas en un país que ya protagoniza una crisis política y humanitaria profunda.
