El café colombiano enfrenta una crisis por el aumento récord de importaciones de granos brasileños, impulsado por los aranceles que Estados Unidos impuso a Brasil y que no aplica igual a Colombia.
En agosto, las importaciones de café brasileño a Colombia subieron un 578% comparado con el año pasado, llegando a 113.000 sacos de 60 kilos, según Cecafé, gremio que representa a los exportadores brasileños. Mientras tanto, Brasil perdió mercado en EE.UU., donde sus exportaciones cayeron un 47%, y México duplicó sus compras.
La causa principal es la diferencia en las tarifas arancelarias. Desde agosto, Brasil paga un 50% de arancel para exportar café a Estados Unidos, mientras Colombia solo un 10%. Esta disparidad genera lo que la Federación Nacional de Cafeteros llama una “distorsión” grave en el mercado internacional.
El temor de los caficultores colombianos es que esta avalancha de café brasileño, cuya calidad y precio son inferiores, se mezcle con el “100% colombiano” y salga al mercado con la etiqueta del grano premium colombiano. Esto dañaría la marca construida en años y confundiría a los consumidores.
Germán Bahamón, director de la Federación Nacional de Cafeteros:
“Se necesitan controles estrictos para evitar cualquier intento de triangulación de café que desvirtúe el origen”
“Si hay indicios de esta práctica, debe ser reportada inmediatamente para tomar medidas en las licencias de exportación”
La diferencia entre los cafés de Brasil y Colombia no es solo comercial: Brasil es el mayor productor mundial y Colombia el tercero, pero los cafés colombianos cotizan con prima por su calidad en la Bolsa de Nueva York. Brasil, por su parte, vende generalmente más barato.
Desde Cecafé, el presidente Márcio Ferreira insiste en que sus cafés van al consumo dentro de Colombia, no para reexportación encubierta. “Colombia está aprovechando esta situación para exportar todo su café que puede”, dijo.
Además, gran parte del café brasileño que llegó en agosto fue de la variedad robusta, casi ausente en Colombia, pero la sola sospecha de la mezcla con arábica premium alarma a los productores nacionales.
La disputa no es solo comercial. Los aranceles de Trump son una represalia contra Brasil por la crisis política que azota a ese país, hoy profundizada tras la condena a 27 años de prisión al expresidente Jair Bolsonaro por su rol en el intento de golpe. Trump y Lula Da Silva acordaron reunirse la próxima semana para discutir diferendos.
En medio de la tensión política y comercial internacional, los productores colombianos piden proteger un patrimonio cultural y económico vital para la identidad nacional, alertando que la confianza y el prestigio de su café están en juego.
