Marc Márquez ha vuelto a la cima del motociclismo mundial: este domingo se consagró campeón del mundo de MotoGP en el Gran Premio de Japón, disputado en Motegi, sumando su séptimo título en la categoría reina y el noveno en total si se contabilizan sus campeonatos en 125cc y Moto2. Con esta victoria, Márquez iguala su récord con leyendas como Valentino Rossi, Carlo Ubbiali y Mike Hailwood, renovando su estatus entre los más grandes de la historia del deporte.
Domina Ducati; Márquez celebra su regreso triunfal
La escudería Lenovo Ducati firmó una actuación dominante en Motegi con una doble victoria: Francesco “Pecco” Bagnaia ganó la carrera larga después de haber triunfado también en la Sprint. Bagnaia, protagonista indiscutido, tomó la pole position y lideró los 24 giros en una pista seca, demostrando un control absoluto y una velocidad que lo hicieron destacar de principio a fin.
Sin embargo, la jornada fue más que una simple victoria para Ducati. A pesar de que Márquez no tuvo su mejor arranque y cometió algunos errores en la conducción, fue capaz de remontar y adelantar a pilotos clave para asegurar el segundo puesto, justo por delante de Joan Mir, que brindó un buen resultado a Honda en su carrera de casa, terminando tercero.
La competencia fue intensa: a pesar del dominio temprano de Pedro Acosta, su declive se evidenció tras verse superado por Mir y Marco Bezzecchi. Un error en la frenada en la parte final relegó a Acosta a los puestos traseros, permitiendo que se definieran los puestos de honor entre los mencionados.
El regreso de Márquez tras la lesión y cambio de equipo
El triunfo de Márquez tiene una carga emocional enorme porque representa su retorno tras un parón complicado. Desde 2020, cuando sufrió una fractura en el húmero derecho en Jerez durante la primera ronda del campeonato, el piloto español enfrentó una dura batalla contra las lesiones y operaciones que pusieron en duda su continuidad en la elite del motociclismo.
Después de cuatro intervenciones quirúrgicas para recuperar la funcionalidad total del brazo, Márquez decidió dar un giro a su carrera y cambió por primera vez de equipo en MotoGP tras muchos años con Honda, optando por Ducati. Esta decisión dio frutos casi inmediatamente, coronando un 2024 lleno de esfuerzo y superación.
Nadie había ganado un Mundial después de seis años de sequía, y Márquez lo logró con determinación, paciencia y un pilotaje que recuperó la solidez perdida en campañas anteriores. Su título es además una muestra de cómo la unión con Ducati ha redefinido su proyecto deportivo y sus ambiciones.
Impacto para Italia y el motociclismo mundial
El éxito de Bagnaia en Motegi es también una noticia genial para Italia y para Ducati, que atraviesan una etapa fuerte tras un periodo complicado. La dupla formada por Bagnaia y Márquez pone en evidencia la calidad técnica y competitiva de Ducati, que no solo vuelve a ser protagonista sino que también marca la diferencia entre los fabricantes.
Franco Morbidelli terminó en quinto lugar, justo por delante del hermano menor de Márquez, Álex Márquez, sumando además puntos valiosos para ambos en la tabla general. Esto refuerza el papel de los pilotos italianos y españoles en una parrilla cada vez más competitiva y con mayor diversidad.
Joan Mir, por su parte, mantiene una regularidad que mantiene vivo el esfuerzo de Honda dentro del Mundial, aunque ahora sus miras acompañan el desarrollo que tiene Márquez con Ducati.
Lo que significa el título de Márquez para la historia de MotoGP
Este título es más que un campeonato: es un capítulo cerrado a años de dudas sobre la continuidad de Márquez en MotoGP. De ser un dominador imparable con seis títulos en siete temporadas, pasó a experimentar una travesía dolorosa que parecía marcar el fin de su reinado. Hoy, con este noveno Mundial en total y séptimo en la categoría máxima, regresa no solo en términos de resultado, sino como una leyenda viva que pelea al máximo nivel.
Este Mundial también cambia el equilibrio en la lucha interna de Ducati y pone a Márquez, ahora piloto de la escudería italiana, en la vereda de enfrente respecto a sus antiguos compañeros de Honda, abriendo nuevas rivalidades y expectativas para las futuras temporadas.
La cita en Motegi será recordada no solo por la dificultad de la pista o las estrategias de carrera, sino también por la emotividad del momento en que Márquez cruzó la meta como campeón, con lágrimas de emoción que simbolizan su resiliencia y la culminación de una historia marcada por la superación.
Las próximas carreras ahora contarán con un Marc Márquez renovado, listo para defender su título y estirar aún más su legado en la fenomenal historia de MotoGP.
