Una lluvia intensa y bientiming sacudió al sector ganadero de Río Negro y cambió el clima dentro del campo. Después de tres años de sequía que casi destruyeron la producción, las precipitaciones de la última semana devolvieron alivio y un renovado empuje a los productores que veían un futuro sombrío.
Antes de la lluvia, varios ganaderos evaluaban sacar su hacienda hacia Buenos Aires para no quebrar, consciente de que no podrían volver por las restricciones sanitarias. Pero con más de 20 mm de agua caída en buena parte de los campos, las tierras volvieron a verdear y la esperanza renació.
Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de General Conesa, resumió la situación: “Pasamos de pensar quién se fundía primero, a una Exposición Rural que terminó siendo una fiesta con la 12° Expo Nacional Patagónica Angus. Esta lluvia da vida, todos apostamos a que siga”, dijo en diálogo con Río Negro Rural.
La dramática reducción de vientres se refleja en números: Conesa perdió cerca del 20% de sus madres, pasando de 70 mil a 50 mil en los últimos años. Gutiérrez sostuvo que pese al alivio, la sequía dejó huellas profundas y dejó fuera de juego a muchos pequeños productores, especialmente quienes alquilan campos o no cuentan con continuidad familiar.
Las lluvias no solo cambiaron el humor, también activaron el movimiento comercial. Según Gutiérrez, varios productores que dudaban antes de comprar toros dieron marcha atrás y cerraron negocios. “El disparador más importante que logró activar la lluvia es la esperanza. Muchos compraron más toros y eso marca que quieren quedarse”, señaló.
El sector celebra la recuperación parcial pero alerta por el futuro
Dante Segatori, presidente de la Sociedad Rural de Choele Choel, confirmó que los registros fueron buenos en gran parte del departamento Avellaneda y Pichi Mahuida, con precipitaciones que llegaron hasta 140 mm en zonas puntuales al sur. “No es igual por todo el territorio, pero donde llovió el pasto crece fuerte y ese es el motor para el año próximo”, afirmó.
Segatori destacó que la lluvia llegó justo al inicio de la primavera, momento clave para el pasto, y eso le da a los productores la posibilidad de apostar a tecnología y genética. “El productor que estaba desesperado ahora piensa distinto, sabe que el pasto va a estar y eso mueve inversiones”, agregó.
Productores como Juani Segatori y Gonzalo Petrolanda, ambos de la zona, coincidieron en el cambio de panorama. Juani asegura que “hasta noviembre los animales van a tener comida” gracias a los 90 mm recibidos y Petrolanda resumió: “En pocos días se ve el pasto verde, el campo cambió y nos levantó el ánimo”.
Sin embargo, ambos advirtieron que esto no soluciona los problemas estructurales que enfrentan en los últimos años, ni la reducción del capital ganadero. “Si no nos acompañan más lluvias leves, todo esto puede ser un paréntesis”, advirtió Petrolanda.
Finalmente, el temporario respiro climático permitió no solo la realización exitosa de la 36° Exposición Rural en General Conesa sino también una mayor oferta de reproducción, con remates que se modificarán por las condiciones del terreno saturado de agua. La venta de terneros continuará siendo el punto fuerte, mientras que la oferta de vacas madres seguirá limitada, reflejo del achique del sector.
El alivio fue rápido y claro: la lluvia llegó justo cuando el campo estaba en uno de sus momentos más críticos, y aunque el camino sigue siendo incierto, la voz de productores y dirigentes coincide en un punto, volvió la esperanza.
