El gobierno de Estados Unidos revocó la visa del presidente Gustavo Petro, generando una fuerte reacción oficial desde Colombia. El Ministerio de Relaciones Exteriores rechazó esta decisión y la calificó como un atentado contra el espíritu de la Carta de Naciones Unidas de 1945, que garantiza la participación presencial y la libertad de expresión sin restricciones fronterizas.
La cancillería resaltó que la sede de la ONU en Nueva York debe permitir el ingreso de los representantes estatales para ejercer plenamente sus funciones durante la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General. Además, recordó que el Acuerdo de Sede de 1947 obliga a Estados Unidos a garantizar este acceso a las delegaciones internacionales.
En un comunicado, Colombia advirtió que negar o revocar una visa como herramienta diplomática puede violar normas internacionales y la inmunidad de los delegados ante cualquier proceso judicial relacionado con sus expresiones ante la ONU.
Petro ha expresado críticas sobre la situación del pueblo palestino, tema que Colombia insistió no debe interpretarse como una acción contraria al derecho internacional, sino como un deber moral y político.
La cancillería también alertó sobre la posibilidad de designar una sede neutral si se mantiene la negativa de Estados Unidos y subrayó que restringir el acceso a un país por razones relacionadas con opiniones públicas va en contra del artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que protege la libertad de expresión y de opinión.
Esta medida ocurre en un momento delicado para las relaciones entre EE.UU. y Colombia, y pone en evidencia tensiones diplomáticas que amenazan la participación del mandatario colombiano en foros multilaterales clave.
