Una violenta y devastadora balacera sacudió la mañana del 28 de septiembre de 2025 a la comunidad de Grand Blanc, un suburbio de Flint en Michigan, cuando un ex marine abrió fuego dentro de una iglesia mormona, dejando un saldo de cuatro muertos y ocho heridos. La tragedia ocurrió poco después de las 11:00 horas locales (las 17:00 en Italia) en la Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, ubicada en McCandlish Road.
Detalles del ataque y reacción policial
El agresor, identificado como Thomas Jacob Sanford, de 40 años, veterano de los Marines con servicio en Irak entre 2004 y 2008, irrumpió violenta y deliberadamente en el lugar tras embestir la entrada principal con su vehículo. A continuación, sacó un rifle de asalto y comenzó a disparar contra los fieles que asistían al servicio dominical.
La rápida intervención de la policía local fue decisiva. Según confirmó el jefe policial de Grand Blanc Township, William Renye, el atacante fue abatido en un enfrentamiento a tiros con dos agentes nueve minutos después de recibida la llamada de emergencia.
Las autoridades informaron que las víctimas fatales son cuatro, sin contar al agresor; también hay ocho heridos, algunos en estado grave, siendo trasladados urgentemente a hospitales cercanos gracias a la acción de helicópteros médicos. Dos cuerpos fueron encontrados entre los escombros causados por un incendio que consumió parte de la iglesia, aparentemente iniciado por Sanford al inicio del ataque.
Imágenes y ambiente de emergencia
Videos grabados por testigos y primeros respondedores circularon rápidamente en redes sociales, mostrando a bomberos luchando contra un intenso incendio que generó columnas de humo visibles desde varios kilómetros de distancia. Además, se reportó haber detectado tres artefactos explosivos sin detonar dentro del edificio, complicando el operativo de seguridad.
En medio del caos, se destacó el valor de los miembros adultos de la congregación, quienes protegieron como human shields a los niños presentes, actuando bajo instinto para minimizar las víctimas adicionales. La policía comunicó que actualmente no existe amenaza activa para la población y llamó a evitar el área hasta nuevo aviso.
Investigación en curso y posibles motivos
El motivo del ataque aún no está claro. Aunque inicialmente no se tipifica como acto terrorista, se maneja la hipótesis de un incidente aislado vinculado a conflictos personales. Para esclarecer los hechos, el Departamento de Justicia estadounidense, encabezado por Pam Bondi, ordenó desplegar agentes del FBI en el lugar con toda la logística necesaria para una investigación exhaustiva.
Bondi expresó en sus redes sociales su condena por “una violencia tan brutal en un lugar de culto”, invitando a la nación a unirse en oración por las víctimas. El ámbito religioso local también está conmocionado: el obispo de la congregación expresó su profundo dolor y su solidaridad con las familias afectadas, llamando a mantener la calma y la fe en estos momentos difíciles.
Respuesta política y medidas de seguridad en otras ciudades
El ex presidente Donald Trump se pronunció rápidamente, calificando el ataque como “el enésimo ataque directo contra cristianos en Estados Unidos”. Trump aseguró que la FBI está realizando investigaciones coordinadas con las fuerzas locales y urgió a terminar con la escalada de violencia que golpea al país.
Por su parte, las principales metrópolis como Nueva York y Los Ángeles reforzaron la vigilancia en iglesias y lugares de culto como medida preventiva, aunque las fuerzas policiales aseguran no contar con amenazas específicas en esos territorios, calificando las disposiciones como un acto de precaución extrema.
Contexto y repercusiones
La tragedia en Grand Blanc se suma a una serie creciente de ataques armados en espacios habitualmente seguros, como iglesias y centros comunitarios. El hecho de que el atacante fuera un veterano de guerra genera además un debate sobre la atención a la salud mental entre ex soldados y la proliferación de armas de asalto en el país.
Además, este incidente subraya la vulnerabilidad de comunidades religiosas minoritarias como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Estados Unidos, que históricamente ha sido objetivo de agresiones e intolerancia.
Las autoridades locales y federales continúan evaluando el incidente para evitar nuevas tragedias y ofrecer respuestas claras a una angustiada comunidad de Michigan. Mientras tanto, la policía mantiene el operativo cerrado en la zona y la investigación avanza a paso firme para determinar todas las circunstancias que rodearon esta dramática masacre.
