David Lammy, viceprimer ministro y secretario de Justicia del Reino Unido, arremetió contra el partido Reform en la conferencia anual del Partido Labour calificando su plan de inmigración sobre la permanencia indefinida como “racista”.
En una intervención directa y dura, Lammy defendió la gestión del gobierno Labour durante su primer año y prometió una renovación profunda del sistema de justicia, señalando que la administración conservadora anterior dejó prisiones saturadas al 99%, largas listas de espera en tribunales y un acceso muy limitado a la asistencia legal.
Lammy ensalzó a figuras clave del Labour como Angela Rayner y recordó la memoria del exviceprimer ministro John Prescott, fallecido en noviembre, destacando sus logros en política social y climática.
El viceprimer ministro subrayó la importancia de la justicia social y mencionó avances significativos desde su llegada, incluyendo cinco recortes en las tasas de interés, crecimiento económico superior al del G7 y aumento de salarios en comparación con la década conservadora anterior.
Entre sus anuncios, confirmó la expansión de los Intensive Supervision Courts, un modelo que busca reducir la reincidencia combinando sanciones judiciales con apoyo social. Además, anunció que Liverpool alojará un nuevo centro para mujeres, reforzando el liderazgo de la ciudad en justicia penal.
Lammy destacó la ampliación de la asistencia legal, apoyada por una inversión récord en una década, con una especial mención a la Hillsborough Law, que facilita apoyo jurídico a familiares de víctimas. Advirtió contra los prejuicios hacia los abogados de legal aid, clave para el acceso a la justicia en comunidades desfavorecidas.
En materia internacional, recordó la reciente decisión del gobierno Labour de reconocer formalmente el Estado de Palestina, a pesar de la oposición del Partido Conservador y Reform.
“Cuando vean a Nigel Farage medir las cortinas de Downing Street, miren el mundo: los progresistas ganan con valores y realismo, no con chivos expiatorios”
Con un discurso basado en la justicia y la recuperación económica y social, Lammy rechazó las políticas divisorias y apeló a un patriotismo que incluya a todos.
Su crítica más dura fue para la propuesta de Reform para restringir la permanencia indefinida de inmigrantes, a la que calificó de “racista” y ajena a los valores británicos.
David Lammy se presentó como la cara del cambio y la justicia, poniendo en primera línea los derechos de víctimas, la modernización del sistema judicial con tecnología, la construcción acelerada de cárceles y la intervención en desventajas sociales que llevan a la delincuencia.
La conferencia Labour queda marcada por este discurso que pretende recuperar la narrativa de justicia social y poner en evidencia la división política tras el Brexit, con un mensaje claro: “justicia para todos” será la bandera de su gobierno.
