Los gobernadores provinciales dejaron claro que están dispuestos a dialogar con el gobierno nacional pero condicionaron el encuentro a que se concrete después de las elecciones del 26 de octubre.
El llamado formal debería partir de Javier Milei, reconocen, pero renovaron sus reclamos y mantenidas críticas hacia la gestión nacional. La crisis económica y social que atraviesa el país es innegable, sin embargo prefieren evitar mostrar unidad antes del voto clave.
Este distanciamiento temporal refuerza la estrategia política de Provincias Unidas, que ya prepara una nueva imagen grupal para mostrar unidad y fortaleza post elección. Por ahora, la apuesta es marcar diferencias y deslindar responsabilidades.
El bloque provincial sostiene que una convocatoria a diálogo sin condiciones contribuiría a combatir la crisis, pero advierten que se reservarán para discutir hasta pasado el 26. Buscan evitar tensiones internas y desgaste político en plena campaña electoral.
En resumen, la puerta al diálogo está abierta aunque con un cartel que dice “esperen hasta después del voto”, dejando en claro que la prioridad es la campaña más que la negociación inmediata.
