La transición energética alemana se tambalea. El crecimiento masivo de la energía eólica y solar expone límites técnicos que ponen en riesgo el suministro eléctrico del país. La producción renovable es irregular, con fluctuaciones que amenazan la estabilidad de la red eléctrica e incluso pueden causar apagones totales.
En 2024, las autoridades alemanas registraron más de 17.300 intervenciones de redispatching para ajustar el flujo eléctrico y evitar colapsos. Esto es cinco veces más que hace solo una década. Los costes asociados superaron los 3,5 mil millones de euros, un aumento de 400 millones solo respecto a 2023.
Estas intervenciones buscan controlar desbalances entre producción y consumo, muy frecuentes debido a que tanto el viento como el sol son variables. Según datos oficiales, la energía renovable representa solo el 38 % del consumo eléctrico en Alemania, mientras que el país se volvió importador neto tras cerrar sus centrales nucleares en 2023.
Las previsiones anticipan un aumento de la demanda eléctrica de hasta 1000 TWh para 2037, impulsada por la digitalización, IA y movilidad eléctrica. Sin embargo, el país enfrenta un déficit potencial de entre 30 y 65 GW de potencia renovable fiable.
El problema clave sigue siendo la falta de capacidad de carga base. En períodos sin viento ni sol, las renovables pueden producir cero. Por el contrario, en momentos de baja demanda y alta generación solar, el exceso de electricidad puede saturar la red, poniendo la frecuencia en riesgo y generando apagones como el ocurrido en España en abril de 2025.
Las centrales de gas, aún por construir y mantener en reserva, serán imprescindibles para responder a estas fluctuaciones a corto plazo, aunque contradicen los objetivos climáticos al emitir CO2.
El año pasado, Alemania contaba con cerca de 30.000 turbinas eólicas y más de 4,7 millones de instalaciones fotovoltaicas, pero su tasa de aprovecho fue baja: solo el 24 % para el viento y menos del 10 % para la energía solar.
Los altos costes de instalación sumados al bajo rendimiento han hecho que la inversión en renovables se acerque a los 100.000 millones de euros antes de 2024 sin resolver los problemas de suministro.
El ministro estadounidense de Energía, Wright, ha criticado a Alemania por sus gastos millonarios y la baja eficiencia, mientras que Estados Unidos también enfrenta rebajas en producción pese a grandes inversiones.
Expertos coinciden en que la salida definitiva del carbón y la nuclear deja a Alemania sin respaldo suficiente para garantizar la seguridad energética sin recurrir a gas y nuevos desarrollos tecnológicos, incluyendo pequeños reactores nucleares modulares y futuros proyectos de fusión.
La transición alemana evidencia un fracaso en garantizar un suministro eléctrico estable, accesible y acorde a los objetivos climáticos, con riesgos crecientes para la economía y la vida diaria, incluyendo el abastecimiento de agua, alimentos y transporte.
