México, con sus costas en dos océanos, enfrenta cada año el embate de huracanes que traen enormes volúmenes de agua, pero esa agua no es fácil de aprovechar para los hoteles. Aunque la lluvia es dulce, la mezcla con agua salada y escombros dificulta su uso directo y daña la infraestructura.
Bernardo Villasuso, líder en tratamiento de agua de la empresa global Ecolab, explicó que aprovechar el agua de huracanes requiere tecnología compleja de desalinización o filtración, procesos costosos y con alto consumo energético. “El agua de un huracán muchas veces es más útil dejarla correr que intentar captarla y tratarla”, afirmó.
Actualmente, la mejor oportunidad para la hotelería está en la captación y purificación de agua de lluvia tradicional, que tiene mejor calidad y es más económica de tratar. Hoteles instalados en zonas costeras están invirtiendo en sistemas para recolectar esta agua y usarla en lavanderías, cocinas, albercas y sistemas de enfriamiento, buscando darles el mayor uso posible antes de desecharla.
El reto mayor sigue siendo la desalinización: en Quintana Roo, tres plantas de ósmosis inversa —dos en Playa del Carmen y una en Puerto Aventuras— requirieron más de 150 millones de pesos de inversión para operar y abastecer a más de 20,000 personas a un ritmo de 150 litros por segundo, según datos de Expansión.
La recuperación tras huracanes también es clave. Tras el paso del huracán Otis en 2023 en Acapulco, solo 11,552 de 19,700 habitaciones hoteleras operaban meses después, mostrando lo devastador del fenómeno y la lenta recuperación para la industria.
Gestión sustentable para fortalecer reputación y operación
Villasuso subrayó que una gestión responsable del agua durante emergencias climáticas no solo protege la infraestructura sino que mejora la reputación del hotel. “Si no eres sustentable, tu negocio está en riesgo”, advirtió.
La digitalización y la inteligencia artificial permiten monitorear el agua en tiempo real y optimizar su uso, reduciendo consumos sin afectar la experiencia del huésped. Además, varios hoteles apoyan a las comunidades cercanas, compartiendo agua potable cuando la infraestructura municipal se ve afectada.
De esta manera, la hotelería costera en México busca convertir la amenaza de agua proveniente de huracanes en oportunidad, apostando por la captación de agua de lluvia y tecnologías para mejorar eficiencia y sustentabilidad.
