Donald Trump consiguió este lunes un respaldo condicionado de Benyamin Netanyahu para su plan de paz en Gaza, diseñado para poner fin al conflicto que arrasa la región desde hace casi dos años. El presidente estadounidense presentó una propuesta de veinte puntos que incluye la creación de un comité supervisado por él mismo para gestionar la transición en la Franja de Gaza, garantizando que ningún habitante será desplazado por la fuerza.
Netanyahu apoyó el plan pero advirtió que Israel se reserva el derecho de “terminar el trabajo” por la fuerza si el Hamas rechaza o viola los términos del acuerdo. Poco después, mediadores de Qatar y Egipto entregaron el documento a los negociadores del movimiento islamista.
Trump calificó la jornada como “quizás uno de los días más bellos de la civilización” y expresó su esperanza de recibir una respuesta positiva del Hamas para avanzar hacia la paz definitiva. Mientras tanto, la Autoridad Palestina reconoció los “esfuerzos sinceros y decididos” del presidente estadounidense y confió en su capacidad para abrir un camino hacia la resolución del conflicto.
El plan recibió además apoyo público de ocho países árabes y musulmanes, incluido Arabia Saudita, Turquía y Pakistán, que valoraron en un comunicado conjunto los esfuerzos de Trump para acabar con la guerra. En contraposición, el grupo islamista Jihad Islámico describió la propuesta como “una receta para continuar la agresión contra el pueblo palestino”.
En Europa, Emmanuel Macron elogió el compromiso de Trump para terminar la guerra en Gaza y conseguir la liberación de todos los rehenes. El ex primer ministro británico Tony Blair, que podría integrar el comité de supervisión, calificó el plan de “audaz e inteligente”.
El contexto: el conflicto escaló tras la ofensiva de Hamas el 7 de octubre de 2023, con miles de víctimas y una crisis humanitaria grave en la zona. El plan estadounidense busca una solución definitiva bajo supervisión internacional, pero la batuta real dependerá de la aceptación o rechazo de las partes islamistas en Gaza.
Por ahora, la pelota está en el campode Hamas, mientras Israel mantiene presión militar y diplomática. La región sigue expectante ante una posible nueva fase que podría cambiar el equilibrio tras años de violencia sin tregua.
