El Club de l’Âge d’Or en Ducey-Les Chéris, en el sur de la Manche, celebró el jueves 25 de septiembre su 50º aniversario con una reunión multitudinaria en su sede de la calle Emile-Dehousse.
Con 92 socios activos, la cifra más alta en años, el club mantiene viva su comunidad de mayores, con una media de edad que supera los 80 años. La presidenta actual, Nelly Lefrançois, destacó que esta cifra ha crecido desde 2023 gracias a las reuniones semanales y el fuerte vínculo social entre los miembros.
El evento contó con la presencia de Patrick Lecomte y Linette Capiten, presidente y secretaria de la Federación de clubes de retraités de la Manche. También asistieron autoridades locales como el exalcalde Henri-Jacques Dewitte, la alcaldesa Isabelle Labiche y la adjunta Nadège Delahaye, quienes entregaron diplomas y flores a los fundadores y miembros veteranos.
La historia del club empezó el 20 de octubre de 1975 cuando Pierre Chauvin fue elegido primer presidente. Desde reuniones en cafés locales como el Café Liegeard hasta el local provisional en la calle Dr Tizon en 1978, el club se estableció definitivamente en 1982 en la antigua supérette de la calle Emile-Dehousse.
“El club es un vínculo social fuerte, una familia para muchos que sufren soledad,” dijo Nelly Lefrançois.
Entre los pioneros se encuentran nombres como Marie Chauvin, que presidió el club hasta 2014; Annette Foucheur, responsable financiera a sus 95 años; y Yvette Costentin, secretaria desde los inicios. Todos voluntarios que han mantenido la organización con actividades como paseos mensuales y juegos de sociedad cada jueves.
El club se diferencia de otros en la zona por reunirse semanalmente, una frecuencia clave para sostener la participación y evitar duplicar eventos con otras asociaciones. La mezcla de actividades y la solidaridad interna mantienen a los socios activos y conectados pese a la edad.
Las reuniones se realizan todos los jueves desde las 14 horas en su sede, ubicada en 8, rue Emile-Dehousse. El club está abierto a personas de todas las edades sin límite mínimo ni máximo.
Esta celebración de medio siglo es más que un aniversario, es la confirmación de la vitalidad de un espacio para mayores en una región donde la soledad es un riesgo real para los ancianos.
