Cientos de generales y almirantes de Estados Unidos fueron convocados este martes de forma inesperada en la base militar de Quantico, Virginia, cerca de Washington D.C., en una reunión sin precedentes por la cantidad y el rango de los altos mandos reunidos a la vez.
La reunión, anunciada con poco aviso y con un tono drástico, estuvo encabezada por el ministro de Defensa Pete Hegseth, cercano a Donald Trump, y el propio expresidente. Hegseth lanzó un mensaje directo: “Estamos limpiando los escombros” y afirmó que el Pentágono dejó de ser un “ministerio woke”.
Trump se dirigió a los oficiales con una intervención errática en la que prometió “despertar el espíritu guerrero” del ejército y atacó tanto a la prensa como al actual presidente Joe Biden. Nunca antes se había visto una convocatoria semejante, reuniendo a todos los principales oficiales al mismo tiempo y en un único lugar.
Fuentes internas del Departamento de Defensa calificaron la reunión de improvisada y peligrosa para la cadena de mando. “Esto debilita los comandos si ocurre una crisis real”, dijo un oficial a Washington Post. Otro oficial criticó la falta de transparencia: “No se convoca a todos los GOFO (generales y almirantes) sin darles una razón clara”.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero, el Pentágono enfrenta una profunda crisis interna. Han sido despedidos varios altos cargos sin explicaciones, incluyendo al jefe del Estado Mayor, Charles Brown, y líderes de la Marina y las Fuerzas Aéreas.
Además, Hegseth ha impulsado una reducción significativa de la cúpula militar, con al menos un 20% menos de generales y almirantes de cuatro estrellas activos, y un recorte del 5% en personal civil del Pentágono, una medida que ha generado alarma por su posible impacto en la neutralidad política del ejército.
Este inusual encuentro se produce también en un contexto político volátil, con el riesgo creciente de un cierre parcial del gobierno federal. El vicepresidente JD Vance anunció recientemente el fracaso en las negociaciones presupuestarias que podrían paralizar la administración.
La modalidad y el mensaje tras esta convocatoria dejan en evidencia las tensiones entre el mando militar estadounidense y el actual gobierno, además del impacto que el liderazgo de Trump sigue teniendo en las fuerzas armadas y el Departamento de Defensa.
