Pete Hegseth, secretario de Guerra de Estados Unidos, anunció un paquete de 10 directivas para endurecer la disciplina en el Ejército. La reunión se celebró en la base del Cuerpo de Infantería de Marina en Quantico, Virginia, y contó con la presencia del expresidente Donald Trump.
Hegseth calificó de “inaceptable” la condición física de algunos soldados y oficiales a los que llamó “gordos”. Por ello, ordenó que todos los efectivos pasen exámenes físicos y mediciones dos veces al año durante su servicio, sin excepción de rango. Además, impuso nuevos estándares de aseo que prohíben barbas, cabello largo y cualquier forma de expresión individual en la apariencia.
El secretario también confirmó la eliminación de las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), a las que calificó de “distracciones ideológicas” que afectan la cultura militar. Esta medida forma parte de un esfuerzo por restaurar lo que llamó “el más alto estándar masculino” dentro del Ejército.
Además de los cambios en los estándares físicos y de presentación, Hegseth anunció una revisión completa de los programas de educación militar profesional. Desde que asumió el cargo a comienzos de este año, ha removido ya a varios generales y adelanta una reducción de al menos un 20% en el número de generales y almirantes de cuatro estrellas.
La junta militar en Quantico se da en un contexto de rumores sobre nuevas purgas entre los altos mandos, en medio de tensiones internas por la influencia de lo que Hegseth llama “ideología liberal”. Trump respaldó públicamente estas medidas en su discurso frente a los oficiales reunidos.
Esta serie de cambios marca un giro duro en la cultura y mando del Ejército estadounidense, con una apuesta clara por la disciplina y un modelo tradicional de apariencia y liderazgo que excluye diferencias y cuestiona políticas de equidad implantadas en años recientes.
