Lime Down Solar Park Limited ha presentado un ambicioso proyecto para construir un parque solar de 500 megavatios en Wiltshire, al norte de la autopista M4, cerca de Malmesbury. El desarrollo, que ocuparía un área de 4 millas de ancho por 2 millas de profundo (más de 8 km), promete generar energía renovable para alimentar a 115,000 hogares, pero su tamaño y características están levantando fuertes críticas.
Este proyecto, calificado como una “fábrica solar”, implicaría la instalación de paneles solares de hasta 4.5 metros de altura, equivalente a un autobús de dos pisos, algo sin precedentes en Reino Unido. Además, se planean sistemas de almacenamiento de batería, incluyendo uno que alcanzaría la altura de un edificio de cinco plantas. Un cable subterráneo de 20 km conectaría la instalación con la subestación en Melksham, cruzando bajo la autopista M4 y la vía férrea Bristol-Londres, requiriendo un pasillo de 60 metros de ancho.
El proyecto no será votado directamente por los consejeros locales, dado que ha sido clasificado como Infraestructura de Importancia Nacional. La decisión final corresponderá al Secretario de Estado para la Seguridad Energética y el Net Zero, Ed Miliband. Actualmente, la Autoridad de Inspección de Planificación ha confirmado la recepción de la solicitud y decidirá antes del 17 de octubre si acepta la propuesta para iniciar su análisis formal.
El calendario del proceso de evaluación es largo: alrededor de tres meses para la etapa previa de examen donde los afectados pueden registrarse para participar; hasta seis meses para la fase de análisis con preguntas y presentación de evidencias; tres meses para elaborar un informe de recomendación; y finalmente tres meses para la toma de decisión de la Secretaría de Estado. La decisión se puede recurrir ante la Corte Suprema por vía judicial.
El concejal Martin Smith de Sherston, uno de los pueblos que quedarían rodeados por el parque, advirtió en julio: “Creará un paisaje industrializado que evolucionará en una cicatriz permanente en el campo del condado”.
Smith criticó duramente la magnitud del proyecto y acusó al dueño de Lime Down, Macquarie Group, de haber “saqueado” Thames Water por £4,000 millones, causando su bancarrota, mientras que los nueve propietarios de tierras involucrados, incluidos aristócratas, se beneficiarían económicamente de forma significativa.
La oposición local también rechaza el carácter industrial del proyecto, temiendo un impacto irreversible en la estética rural y el ritmo de vida tradicional en las aldeas de Sherston, Hullavington y Stanton St Quintin.
Esta iniciativa representa un punto clave dentro del debate en Reino Unido sobre la expansión de renovables y la conservación del paisaje rural, con el gobierno laborista de Ed Miliband enfrentando la difícil tarea de equilibrar energía limpia y aceptación comunitaria.
