El Partido Popular ha atacado con fuerza a la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, por no presentar los Presupuestos Generales del Estado, algo inédito en tres años consecutivos. La sesión de control en el Senado de este martes quedó marcada por esta reclamación clara y directa de la oposición, que cuestiona la estabilidad del Gobierno y su capacidad para gobernar sin nuevas cuentas públicas.
Alicia García, portavoz popular en la Cámara Alta, abrió el fuego con un irónico “feliz cumpleaños” recordando que se cumplen tres años sin que el Ejecutivo entregue un proyecto presupuestario en tiempo y forma, incumpliendo, según el PP, lo establecido por la Constitución. “Gobiernan con cuentas heredadas y sin apoyos parlamentarios”, subrayó, recordando que estas se prolongan desde 2023 y que no hay indicios claros de que se vayan a renovar pronto.
En respuesta, Montero evitó comprometerse con fechas concretas para presentar los Presupuestos de 2026 y defendió la gestión del Ejecutivo destacando datos de crecimiento económico, empleo y políticas sociales. Pero admitió que la fragmentación parlamentaria y las demandas de los socios —entre ellos ERC, Junts y Podemos— complican las negociaciones. Estos grupos condicionan su apoyo a medidas como la financiación autonómica y cambios en política exterior que tensan aún más el diálogo.
Fuentes del Gobierno no descartan que Sánchez tenga que presentar un techo de gasto que luego retire ante un probable rechazo parlamentario para no sufrir una derrota abierta. La negociación sigue bloqueada y la incertidumbre crece.
Dentro del bloque progresista, la tensión es palpable. Jorge Pueyo, diputado de Chunta Aragonesista y miembro de Sumar, propuso incluso convocar elecciones anticipadas si no se logra aprobar unas cuentas nuevas, una postura que, aunque desmarcada por otros de su grupo, refleja el nerviosismo del bloque sobre la parálisis y el bloqueo de inversiones clave. Por su parte, representantes de Compromís y Más Madrid minimizan la gravedad, admitiendo que gobernar con cuentas prorrogadas es menos eficiente, pero insisten en evitar alarmismos.
La Constitución establece que el Gobierno debe presentar el proyecto al menos tres meses antes de que expiraran las cuentas anteriores. Este plazo ya está vencido y las cuentas de 2023 se prorrogarán automáticamente el próximo 1 de enero por tercera vez. Esta anomalía coloca a Sánchez en el centro de las críticas y abre la puerta a un futuro incierto, donde la legislatura puede quedar marcada por la incapacidad para sacar adelante unos nuevos Presupuestos o incluso por una convocatoria anticipada de elecciones.
Por ahora, el Gobierno apuesta por resistir con minoría y seguir negociando, mientras el PP insiste en vincular la falta de presupuestos con los múltiples escándalos que atribuye a la administración Sánchez y critica la “falta de rumbo” y el “incumplimiento constitucional”.
La pulseada política en el Senado y el Congreso continuará en las próximas semanas, con el reloj constitucional avanzando hacia un escenario que puede definir el futuro político inmediato del país.
