Gordan Grlić Radman, ministro de Exteriores de Croacia, llegará este sábado a Montenegro para una visita oficial que incluirá la polémica ceremonia de colocación de una corona en el memorial del antiguo campo de Morinj.
Radman estará acompañado por su homólogo montenegrino Ervin Ibrahimović y cuenta con la autorización del Ministerio de Defensa de Montenegro para acceder al sitio, que alberga recuerdos del campo utilizado en conflictos pasados.
Pero la visita no será tranquila. Mijajlo Backović, sacerdote controvertido y líder del grupo ortodoxo Miholjski zbor, ha convocado a sus seguidores a una protesta en defensa de lo que llaman “la verdad y el honor” de su comunidad. Acusan a las autoridades montenegrinas de traición y denuncian que la placa del memorial fue colocada sin consulta ni respeto a las víctimas reales del lugar.
“Nos negamos a permitir que se rindan honores en un sitio donde nadie de nuestra comunidad sufrió, mientras las víctimas olvidadas siguen sin monumentos ni justicia”, afirmó Backović.
El grupo afirma que la instalación de la placa, donde estará presente Radman, es un acto ilegítimo que distorsiona la historia. Denuncian “una injusticia flagrante” tras dos meses de promesas incumplidas para retirar la señalización, dirigida por figuras políticas como Ranko Krivokapić y Raško Konjević.
El temor es que la ceremonia agrave tensiones étnicas y políticas, especialmente porque Miholjski zbor está vinculado a la Iglesia Ortodoxa Serbia y a grupos prorrusos, según análisis del Digital Forensics Center. El mensaje es claro:
“Si la autoridad no actúa, el pueblo de Boka lo hará. Defenderemos la verdad y el honor frente a amenazas internas y externas”, advierten.
Montenegro, un país con una historia compleja y fronteras sensibles, vuelve a estar en el foco de la disputa entre identidad nacional y narrativa histórica. La visita de Grlić Radman, lejos de ser solo un acto diplomático, se ha convertido en un detonante para una protesta que podría tensar aún más la relación entre ambos países.
Se espera que la situación evolucione rápidamente durante el sábado y reste atención a la política interna en Montenegro, que vive una delicada escena de alianzas y desacuerdos sobre el legado de las guerras recientes en la región.
