Israel interceptó esta semana al menos tres embarcaciones de la flotilla Sumud y detuvo a 90 personas, entre ellos activistas de 26 nacionalidades distintas, incluidos 25 españoles.
La operación se produjo en aguas internacionales y ha sido calificada por los organizadores como una intervención “ilegal”. Además de los 25 españoles, hay al menos 9 turcos, 7 brasileños, 4 franceses, 3 alemanes, 5 estadounidenses y 5 británicos detenidos.
La flotilla Sumud navegaba hacia Gaza con el objetivo declarado de romper el bloqueo israelí y entregar ayuda humanitaria. Fue interceptada antes de llegar a la costa palestina, lo que ha puesto de nuevo en tensión las relaciones internacionales en torno al conflicto israelí-palestino.
Activistas y organizaciones internacionales han denunciado la detención masiva y la retención en condiciones desconocidas. Las autoridades israelíes justificaron la acción alegando seguridad y el intento de evitar una entrada ilegal a territorio bajo su bloqueo.
En el Reino Unido, la detención de tres ciudadanos británicos y dos más con doble nacionalidad ha generado preguntas urgentes hacia el gobierno del primer ministro Rishi Sunak, que aún no ha emitido un comunicado oficial sobre la situación.
En España, el Ministerio de Asuntos Exteriores activó un protocolo de asistencia para los 25 ciudadanos retenidos y exige explicaciones a Israel. ONG y activistas españoles han pedido a las autoridades españolas que intervengan con rapidez.
La Sumud Flotilla no es la primera en enfrentar este tipo de acción israelí, pero la escala del operativo y la diversidad de nacionalidades detenidas destaca la tensión regional y el impacto global de la crisis en Gaza.
Por ahora, continúa la incertidumbre sobre el paradero de los detenidos y las condiciones de su detención, mientras crecen las presiones diplomáticas para su liberación inmediata.
