Miroljub Rondović, de 28 años, pelea por su vida tras ser brutalmente atacado el sábado en pleno centro de Zabljak, Montenegro. Fue golpeado en la cabeza con tal violencia que sufrió graves lesiones craneales y permanece en la unidad de neurocirugía en estado crítico.
El ataque ocurrió frente a su esposa e hijo pequeño en un concurrido aparcamiento, mientras Rondović intentaba atar el asiento infantil en el coche. Según testigos y cámaras de vigilancia, los agresores fueron Petar Gačević (19) y Miloš Risančić (22), ambos bajo la influencia de cocaína y alcohol, quienes además habían provocado varios incidentes ese día antes de la agresión.
La esposa de Rondović relató a medios locales que los atacantes se comportaban de forma violenta desde antes: usaban drogas en público, insultaban a transeúntes y hasta orinaron en la calle. El ataque fue repentino y brutal: Gačević golpeó a Rondović primero en la cara, luego lo derribó y le propinó una patada en el abdomen, y finalmente le golpeó la sien con un puñetazo hasta fracturarle el cráneo.
“La gente solo miraba, nadie intervino ni llamó a la policía”, dijo la cuñada de la víctima. Tras la agresión, los atacantes insultaron a la esposa mientras ella gritaba que habían “matado” a su marido y huyeron con las puertas del coche abiertas, circulando por la ciudad sin que los testigos reaccionaran.
Gačević y Risančić fueron detenidos tras chocar en un accidente de tráfico y ya están bajo custodia en la prisión de Pljevlja por orden judicial, con cargos que incluyen violencia grave y poner en peligro el tráfico. Ambos tienen antecedentes y están señalados como personas de interés para la policía. Risančić está vinculado al clan Kavač y es hijo de un político local de Tivat.
La familia de Rondović, que no tiene ningún antecedente violento, denuncia la inseguridad ciudadana y la impunidad garantizada por supuestas conexiones políticas de los agresores. También critican la falta policial en Zabljak, un destino turístico donde las peleas y disturbios son frecuentes durante los fines de semana.
Las autoridades de salud confirmaron que Rondović fue inicialmente mal atendido en el hospital local y que su traslado urgente al centro clínico de Podgorica salvó su vida. Su estado sigue siendo grave y bajo observación médica.
Este caso pone en evidencia los graves problemas de seguridad y tolerancia de la violencia en esta región montañosa de Montenegro, que hasta ahora no contaba con atención internacional.
