Erripagaña lleva dos años sin avances reales en los compromisos acordados entre los cuatro ayuntamientos titulares: Pamplona, Burlada, Egüés y Huarte. En octubre de 2023, se prometió iniciar en 2024 los trámites para construir un civivox y un polideportivo, además de mejorar otras dotaciones del barrio, que cuenta con más de 15.000 habitantes. La realidad es que, a octubre de 2025, no hay ningún proyecto de obra en marcha.
Un segundo acuerdo en mayo de 2024 contemplaba el inicio de un proceso participativo para culminar en abril de 2025 con una consulta vecinal sobre el futuro administrativo de Erripagaña. Este proceso, sin embargo, aún no ha arrancado, a pesar de la proximidad de la fecha límite.
En junio de 2025, los ayuntamientos se comprometieron a impulsar una encuesta sociológica para conocer la opinión vecinal. Pero hasta ahora solo uno de los cuatro municipios ha aprobado el convenio para realizarla, bloqueando la iniciativa.
Estos incumplimientos suman a una historia urbana de casi 22 años donde Erripagaña sigue sin soluciones claras ni dotaciones básicas acordadas. La falta de ejecución afecta tanto al interés público como a las promotoras privadas que han invertido grandes sumas en la zona.
Vecinos y plataformas sociales ya han anunciado una manifestación para el próximo 25 de octubre, reclamando que las cinco administraciones implicadas incluyan las inversiones necesarias en los presupuestos de 2026.
“Dos años de retrasos injustificados y promesas incumplidas no pueden volver a repetirse, Erripagaña merece dotaciones reales ya,”
dijo uno de los portavoces vecinales.
La falta de avances se traduce en retrasos económicos, sociales y urbanísticos que mantienen al barrio en un limbo sin fecha para la remodelación o la mejora prometida. Las administraciones deben responder a la presión o enfrentarse a una escalada de movilizaciones ciudadanas.
