Con la vuelta al cole en marcha en toda España, una decisión clave para padres es elegir la mochila escolar adecuada para evitar problemas de salud en los niños. No siempre la opción más barata es la mejor, ya que usarán la mochila cada día durante todo el curso y de su calidad depende su comodidad y bienestar.
Los expertos recomiendan que el tamaño de la mochila sea proporcional a la estatura del niño. Comprar una mochila grande “para que le dure más años” puede acabar perjudicando la espalda. La base debe ajustarse bien a la zona lumbar, comenzando a la altura de los hombros y terminando justo por encima de la cintura.
Las mochilas deben contar con dos asas acolchadas y regulables para evitar que el peso se concentre en un solo hombro y para mejorar la distribución del peso. Aunque las mochilas con ruedas son una buena alternativa para transportar peso sin cargar, hay que vigilar que los niños cambien de brazo al tirar de ellas para no sobrecargar un lado.
El material es otro punto decisivo. Los más resistentes y recomendables son los de loneta de algodón plastificado, que además suelen ser impermeables y fáciles de lavar en la lavadora, lo que garantiza durabilidad y limpieza continua.
En cuanto al diseño, no siempre los modelos con dibujos infantiles son la mejor opción. Los diseños clásicos suelen tener mejor construcción y durabilidad. Además, las mochilas con varios compartimentos facilitan la organización del material escolar, con bolsillos laterales y frontales de fácil acceso.
Otro punto clave son las cremalleras. Deben ser de alta calidad para evitar roturas que pueden dejar la mochila inútil en poco tiempo.
Por último y más importante, el peso. Según pediatras, la mochila no debe superar el 10% del peso corporal del niño y siempre debe llevarse colgada de ambas asas para evitar descompensaciones y dolores de espalda.
Con estos consejos básicos, padres y niños pueden hacer una elección inteligente que facilite la rutina escolar y proteja la salud infantil durante todo el curso.
