La presidenta de la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia, Claudia Calero, salió al paso este martes a las críticas de la ministra (e) de Ambiente, Irene Vélez, que calificó la expansión de la caña en Colombia como un “desastre ecológico y social”.
Vélez había afirmado en un foro de la Semana de la Biodiversidad en Cali que el Valle del Cauca debe replantear su economía para no depender únicamente del cultivo de caña, que según ella ha afectado de manera grave el suelo, el agua y las comunidades.
Calero defendió la agroindustria azucarera, que concentra su producción principalmente en Valle del Cauca, Cauca, Risaralda y Caldas, y destacó que implementan riego tecnificado que reduce en un 50% el uso de agua en campos y un 30% menos en las fábricas.
“Cuidamos los recursos naturales porque de ellos depende nuestro futuro”, aseguró Calero.
Además, indicó que en el Valle del Cauca existe un acuífero clave para el país con 40.000 millones de metros cúbicos, que se recarga anualmente con 3.500 millones por las lluvias. De esa recarga, solo el 23% se usa en cultivos, incluyendo otros productos además de la caña.
La líder gremial también desmintió el uso de glifosato en la caña desde hace años y reiteró el compromiso del sector con la producción basada en ciencia, tecnología e innovación en armonía con el medio ambiente.
Calero aclaró que la caña de azúcar ocupa solo 239.000 hectáreas, el 4% de las 6,4 millones de hectáreas cultivables en los cuatro departamentos. En Valle del Cauca, enfatizó, se usa el 48% del terreno cultivable y sigue siendo líder en producción de otros cultivos como naranja, uva, lulo y pepino.
La discusión se enmarca en la búsqueda del Minambiente por diversificar la economía agrícola del Valle, mientras que Asocaña defiende la sostenibilidad y papel clave de la caña en la región.
