La caza, el tiro deportivo y los sectores vinculados mueven cada año 180.000 millones de euros en Europa y generan más de 1,12 millones de empleos, según un estudio que abarca 30 países. El informe analiza los datos de los 27 estados miembros de la Unión Europea, más Noruega, Suiza y Reino Unido.
Este enorme impacto económico refleja la importancia del sector no solo en áreas rurales sino también en la economía global europea. Las actividades relacionadas con la caza, desde permisos hasta equipamiento y servicios, mantienen un músculo laboral robusto con más de un millón de puestos de trabajo.
En un momento en que la gestión ambiental y la protección del medio ambiente están sobre la mesa en Europa, estos números aportan una visión clara del peso de la caza y sus actividades conexas en la economía y el empleo. España, como uno de los países con mayor tradición cinegética, forma parte de este entramado económico y social.
La cifra de 180.000 millones incluye todas las actividades asociadas: venta de armas, munición, servicios turísticos, guías, y producción de equipos. La caza no solo se mantiene como práctica deportiva o tradicional, sino como una industria de alto impacto económico que sigue siendo clave para muchas regiones europeas.
El sector también enfrenta desafíos regulatorios y debates sociales, pero el informe deja claro que su impacto económico es innegable y representa un empleo significativo en territorios donde otras oportunidades laborales son limitadas.
Un dato clave del estudio destaca que la industria vinculada a la caza sostiene más puestos de trabajo en zonas rurales que otros sectores tradicionales, manteniendo vivo un ecosistema económico complejo y con gran arraigo cultural.
