Un joven de 17 años fue secuestrado y agredido brutalmente en una bodega de Colmar la noche del 8 al 9 de junio de 2024. El agresor, detenido rápidamente, recibió una condena a tres años de prisión por estos hechos.
El juicio reveló que la víctima fue golpeada violentamente hasta casi no poder defenderse. Según el vicefiscal François Brien, “la víctima se hizo literalmente ‘démonté’”, subrayando la gravedad de la agresión.
El motivo exacto sigue sin aclararse, con versiones que apuntan a un conflicto por faltas de respeto, pérdidas de drogas o dinero. Pero el móvil perdió importancia frente a la violencia extrema vivida en la calle de Genève.
Otro implicado, testigo que no intervino para ayudar, fue sentenciado a 18 meses de prisión por abstención voluntaria de impedir un delito. La justicia castigó así la pasividad frente a un delito contra la integridad física de una persona.
Los hechos conmocionan a Colmar por la brutalidad y la naturaleza del ataque, con un menor en situación de vulnerabilidad que quedó retenido y golpeado en un espacio cerrado por horas.
La fiscalía y el tribunal dejaron claro que en casos así la justicia debe ser ejemplar y contundente. La sentencia ya fue dictada y el agresor se enfrenta a un tiempo significativo en prisión.
