River logró un triunfo clave ante Racing en el Gigante de Arroyito y avanzó a las semifinales de la Copa Argentina con un ajustado 1-0. El único gol del partido lo anotó Maximiliano Salas, justo en su primer encuentro ante su exequipo y sin celebrar por respeto.
El equipo de Marcelo Gallardo no brilló ni estuvo cómodo en el juego, pero mostró el carácter y la garra que su entrenador había pedido. “Hay que jugar con huevos y con pasión”, avisó el “Muñeco” y sus dirigidos respondieron a ese llamado.
Fue un partido áspero y directo, con pelotazos constantes y mucho roce físico. Racing, que apostó a un estilo similar y parecía acomodarse mejor a ese juego, nunca pudo superar la resistencia de River. Ambos equipos jugaron con un 4-3-3 de arranque, pero Gallardo modificó el esquema en el segundo tiempo al meter a Nacho Fernández por Juanfer Quintero y pasar a un 5-3-2, estrategia que quebró el ritmo de Racing.
El gol llegó tras una corrida rápida de Facundo Colidio por la banda, que superó a Facundo Mura y centró para que Salas defina bajo los abucheos del público local. El delantero no festejó y soportó los gritos de “traidor” durante el encuentro, en una tarde de alta tensión y mucha energía.
El final fue caliente, con empujones y discusiones entre los protagonistas, reflejo de lo que fue un duelo intenso y disputado hasta el pitazo final.
Con esta victoria, River se asegura un lugar en semifinales, donde espera por Independiente Rivadavia de Mendoza. Para Gallardo y su equipo, este triunfo es un respiro en un año que viene siendo complicado y que ahora necesitan cerrar con aire para los próximos desafíos deportivos.
Por su parte, Racing sufre una derrota que prende alarmas. El equipo dirigido por Gustavo Costas no pudo ante un rival de nivel similar a Flamengo, próximo adversario en la Copa Libertadores, y queda en deuda en juego y resultados.
