Una jornada de protestas en Bogotá terminó en violencia y vandalismo el jueves 2 de octubre en Chapinero, generando un choque abierto entre el alcalde Carlos Fernando Galán y el Gobierno Nacional.
Lo que empezó como una manifestación pacífica frente a la sede de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), en la calle 73 con carrera 8, escaló en enfrentamientos con la fuerza pública. Un CAI de la Policía en la calle 72 con carrera Séptima fue atacado por un grupo de encapuchados que destruyeron ventanas, equipamentos electrónicos y pintaron grafitis ofensivos contra la institución.
“Algunos encapuchados intentaron hoy sembrar el miedo, el caos, la violencia y la destrucción en Bogotá. Rechazamos esos hechos”, dijo Galán.
El alcalde explicó que la autoridad usó la fuerza solo después de que se agotaron todas las vías de diálogo con los gestores de convivencia. “A las 4:39 p. m., al agotarse las instancias de diálogo, di la instrucción a la Policía Metropolitana para que restableciera el orden por medio de la fuerza”, afirmó.
César Restrepo, secretario de Seguridad, indicó que la administración había previsto riesgos y que se actuó conforme a protocolos. “Cuando las etapas nos habilitan al uso de la fuerza, lo hacemos”, dijo.
La polémica se intensificó cuando Galán lanzó una dura crítica directa contra el presidente Gustavo Petro y funcionarios cercanos a su gobierno. Acusó a Petro, exministros y hasta un contratista presidencial de apoyar las protestas que terminaron en violencia.
“Estas manifestaciones, que derivaron en hechos de violencia por parte de algunos de los asistentes, fueron apoyadas ayer y hoy por el Presidente, por exministros de su gobierno y también al parecer por un contratista de la Presidencia”, señaló Galán.
El alcalde pidió a Petro y a la administración nacional aclarar públicamente si respaldan o no los disturbios, la destrucción y el vandalismo que se vivieron en la ciudad. Lo hizo a través de sus redes sociales, exigiendo una postura clara para Bogotá y el país.
La protesta reflejó tensiones profundas en la capital y abre un nuevo capítulo de confrontación entre el Distrito y el Gobierno Nacional mientras se intensifican las movilizaciones pro Palestina que vienen convocándose en diferentes ciudades del país.
Hasta ahora, no ha habido respuesta oficial del Gobierno a las acusaciones directas de Galán. La Policía seguirá con operativos para controlar puntos de conflicto en Bogotá, mientras la gestión del alcalde reafirma que buscará evitar que “grupos encapuchados” desaten más violencia.
