Josh D’Amaro, presidente de Disney Experiences, es el favorito para suceder a Bob Iger como CEO de Disney, según fuentes internas y analistas del sector. La salida de Iger está prevista para 2026, y la compañía se prepara para una de las sucesiones corporativas más observadas en Estados Unidos.
D’Amaro, de 54 años, acumula casi 30 años en Disney, donde supervisa las divisiones más rentables: parques temáticos, cruceros y productos de consumo. Entre enero y septiembre de 2025, su área generó un beneficio de 8.12 mil millones de dólares, superando el rendimiento combinado de entretenimiento y deportes.
Además, ha liderado la estrategia de inversión de Disney, que incluye un despliegue de 60 mil millones de dólares en expansión global de parques y nuevas iniciativas, como el primer resort licenciado en Oriente Medio. También maneja la participación de Disney por 1.5 mil millones de dólares en Epic Games, el estudio detrás de Fortnite.
Estas credenciales, junto con su apego a la cultura y valores de Disney, le dan una ventaja clara sobre otros candidatos. Su principal rival es Dana Walden, co-presidenta de Disney Entertainment, señalada por llevar Disney+ a la rentabilidad y por éxitos televisivos recientes, aunque su imagen se ha visto afectada por la suspensión polémica del presentador Jimmy Kimmel.
En la lista corta aparecen también Alan Bergman, co-president de entretenimiento, y James Pitaro, presidente de ESPN, pero ambos son considerados opciones de menor peso frente a D’Amaro y Walden.
Bob Iger ha mantenido un perfil público reservado respecto a la sucesión. En un encuentro reciente en Santa Mónica, reaccionó con molestia cuando alguien aseguró que D’Amaro estaba ya apuntado como futuro CEO, dejando claro que la decisión aún no está tomada.
“Está siendo extremadamente meticuloso; quiere dejar la empresa en las mejores manos”, dijo una fuente cercana al consejo de administración.
El nuevo CEO enfrentará un Disney en punto crítico: mantener la rentabilidad de parques y resorts, renovar la estrategia de streaming ante crecientes retos y lidiar con tensiones políticas, especialmente en Florida. Será clave para definir el futuro de la empresa en un mercado global muy competitivo.
Por ahora, la batalla sigue abierta, aunque D’Amaro parte con ventaja y la decisión final podría anunciarse a principios de 2026.
