El alcalde de Santa Marta, Carlos Pinedo Cuello, salió a dar la cara por la crisis estructural de la ciudad, especialmente en barrios como Colinas del Río, donde la falta histórica de servicios básicos sigue golpeando a los vecinos.
En una reunión organizada bajo la estrategia “Alcaldía al Barrio”, Pinedo fue contundente: “Que la ciudad de Santa Marta se inunde, no es culpa de esta administración”. Lo mismo para el rebosamiento de alcantarillas o el estado crítico de las escuelas públicas. La responsabilidad, dijo, recae en la ausencia de soluciones durante décadas, mucho antes de que él asumiera.
La principal problemática que afecta hoy a Santa Marta es el desabastecimiento de agua potable, un alcantarillado sanitario obsoleto y la falta de un sistema pluvial moderno que impida las inundaciones constantes que sufren no solo Colinas del Río, sino otros sectores como Pescaito, La Primera o El Rodadero.
Pinedo señaló además que la administración tuvo que enfrentar “problemas sociales de fondo” que no se reflejaban en redes sociales ni medios. “Cuando llegamos al territorio, la realidad era otra: la gente se estaba muriendo de hambre”, recordó.
El alcalde denunció trabas políticas: existen grupos que se oponen a que el Gobierno nacional invierta en Santa Marta para modernizar el sistema de acueducto y las redes de alcantarillado sanitario.
Sin embargo, destacó avances concretos gestionados ante el gobierno de Gustavo Petro. Se están destinando más de 31 mil millones de pesos para renovar la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) Norte, que será clave para frenar las filtraciones de aguas negras en varios sectores.
Desde enero de 2024, Pinedo y su equipo trabajan en planes que requieren cooperación entre gobierno nacional, gremios, comunidad y sector privado. “Yo no soy ningún salvador, pero las soluciones las logramos entre todos”, dijo.
Esta administración asume el compromiso de continuar con gestiones e inversiones para atacar las deficiencias crónicas que afectan la calidad de vida de los samarios desde hace años, un desafío que el alcalde presenta como complejo pero urgente.
