El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez confirmó ayer que será candidato al Senado en las elecciones legislativas de 2026. La decisión llegó tras la anulación de su condena de 12 años de prisión domiciliaria impuesta por supuestos delitos de soborno y fraude procesal.
El Tribunal Superior de Bogotá revocó la sentencia que había sido dictada en agosto, argumentando que las pruebas, principalmente grabaciones, fueron obtenidas de forma irregular. Esto abrió el camino para que Uribe retome su carrera política.
Uribe, de 73 años, aseguró que las “circunstancias judiciales actuales” le permiten volver a la arena política. Dijo que competirá en el puesto 25 de la lista cerrada del partido Centro Democrático, el mismo que fundó y que representa la derecha colombiana.
“Estaré en el puesto 25 de una lista cerrada del Centro Democrático. Es un riesgo, pero ayudamos a empujar a más senadores”, afirmó el exmandatario que gobernó Colombia entre 2002 y 2010.
Su último periodo como senador se cortó en 2020, cuando fue detenido por orden de la Corte Suprema de Justicia. Renunció al cargo mientras el caso pasaba a la Fiscalía General, que recientemente decidió cerrar el proceso en su contra.
Reacción política y futuro electoral
La vuelta de Uribe marca un giro importante en la política colombiana. El expresidente busca fortalecer a su sector frente al gobierno de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda en la historia del país.
El senador Iván Cepeda, opositor clave y quien promovió las denuncias contra Uribe, ya anunció que presentará un recurso de casación ante la Corte Suprema y no descartó llevar el caso a instancias internacionales.
Queda claro que la figura de Uribe seguirá dividiendo aguas en Colombia y que su regreso puede redefinir el equilibrio político en un escenario cada vez más polarizado.


































