El tiramisú es uno de los postres italianos más emblemáticos y populares en todo el mundo. Originario de la región del Veneto, al norte de Italia, su nombre significa “levéntame” en referencia al impulso energético que da el café.
Su mezcla de textura cremosa y sabor intenso lo convirtió en un clásico que no falla. En esta receta tradicional para seis porciones se usan ingredientes simples pero de calidad: bizcochos tipo vainillas, queso mascarpone, huevos frescos, azúcar, café espresso fuerte y cacao amargo para espolvorear.
El proceso obliga a respetar pasos clave para lograr la textura ideal. Primero, se bate la yema con azúcar hasta obtener una crema espumosa, se incorpora suavemente el mascarpone y luego se suman las claras batidas a punto nieve con movimientos envolventes para mantener el aire en la mezcla.
Los bizcochos se remojan rápidamente en café frío mezclado opcionalmente con licor Amaretto o Marsala, sin empaparlos para no perder estructura. Se arma el postre intercalando capas de vainillas y crema y se termina con cacao amargo en polvo para potenciar el contraste.
El tiramisú debe enfriarse al menos 4 horas en la heladera. Cuanto más tiempo repose, más se realzan sus sabores. Aunque existen muchas variantes modernas que suman frutas o chocolate, la receta original sigue siendo preferida por su equilibrio entre café, mascarpone y cacao.
Para los argentinos que buscan preparar un postre clásico italiano en casa, esta guía paso a paso es la fórmula infalible para replicar el sabor y placer de una trattoria en pleno corazón de Veneto.
