Ornella empezó a ser víctima de grooming a los 10 años a través de un contacto en redes sociales. Lo que parecía un chat inocente con “Lale”, un supuesto niño, resultó ser un adulto que la manipuló y obligó a producir material sexual durante seis años.
“Me violaron la cabeza por la computadora”, dice Ornella, que aún sufre porque sus fotos continúan circulando en internet. Su testimonio revela el calvario psicológico que atraviesa: trastornos alimenticios, autolesiones y pensamientos suicidas. “Hoy estoy rota, pero en proceso de sanación”, afirma.
La vulnerabilidad de niños y adolescentes en Argentina crece: casi la mitad (49%) admitió haber conversado con desconocidos en redes o juegos online. Siete de cada diez recibieron propuestas de “noviazgo” por parte de extraños, y al 25% les solicitaron imágenes desnudas o semidesnudas.
Los datos fueron relevados en una encuesta a 17,000 niños y adolescentes realizada por Grooming Latam, una red que agrupa 30 organizaciones contra el delito digital en la región.
Los expertos alertan que estos abusos no disminuyen y llaman a mejorar la prevención. Hernán Navarro, abogado y fundador de Grooming Argentina, respondió a consultas de familias sobre cómo detectar señales, hablar con los chicos y actuar frente a sospechas.
Consejos para padres y docentes
El primer paso, dicen, es conversar sin miedo ni culpa sobre la seguridad digital. Establecer reglas claras sobre el uso de redes y dispositivos y fomentar la confianza para que las niñas y niños informen cualquier contacto extraño o presión.
La historia de Ornella es un llamado a la acción. No se trata de generar miedo, sino de estar atentos y acompañar a los menores frente a un delito que deja secuelas difíciles de borrar.
En los próximos días Grooming Argentina publicará una entrevista con respuestas a las preguntas más frecuentes recibidas esta semana. Mientras tanto, recomiendan a los adultos fortalecer la comunicación para evitar que casos como el de Ornella sigan ocurriendo.


































