El Gobierno dispuso aumentos en los servicios públicos y transporte que comenzaron a regir este domingo 1 de noviembre, complicando aún más el poder adquisitivo en plena escalada inflacionaria.
Las tarifas de luz y gas subirán en promedio un 3,8%, una cifra que supera la inflación estimada de octubre (por encima del 2%) y los recientes acuerdos salariales.
El ajuste estaba congelado antes de las elecciones legislativas donde el oficialismo logró una victoria nacional, pero tras los comicios la Secretaría de Energía habilitó el incremento que afecta a hogares en todo el país.
En el transporte público, el boleto mínimo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) crece un 4,1% a partir de hoy. En el conurbano bonaerense el pasaje ahora cuesta $572,86, mientras que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) quedó en $568,91 para usuarios con Tarjeta SUBE registrada.
Los tramos de colectivo en CABA ajustaron sus tarifas así: 0-3 km a $568,82, 3-6 km a $633,67, 6-12 km a $682,49 y 12-27 km a $731,34.
El Subte también se aggiornó un 4,1%, alcanzando $1.157 con SUBE registrada; si el usuario no tiene la tarjeta asociada, la tarifa sube a $1.189,63.
Además de energía y transporte, la medicina prepaga y los alquileres también sufren incrementos que encarecerán el costo de vida para millones de argentinos.
La suma de estos ajustes llega en un momento delicado para los hogares, que ya enfrentan una inflación ascendente y un salario que pierde peso frente a los aumentos en servicios básicos.

































