Un carpintero que participó en la reconstrucción de Notre Dame se casó en la emblemática catedral parisina con una autorización especial, un hecho poco común tras el incendio que la devastó en 2019.
Martin Lorentz, uno de los 2000 trabajadores involucrados en la restauración, recibió un permiso excepcional para realizar su ceremonia de boda dentro del histórico edificio. La misa fue celebrada por el arzobispo de París, monseñor Laurent Ulrich, el sábado 25 de octubre. Más de 500 invitados, en su mayoría artesanos que colaboraron en la restauración, participaron del evento.
La ceremonia tuvo lugar en una catedral que aún no está habilitada para uso general tras la reapertura parcial de sus torres en septiembre, después de cinco años y medio de trabajos desde el incendio del 15 de abril de 2019. Los invitados brindaron una guardia de honor con hachas al salir los novios, homenajeando la técnica ancestral que Lorentz aplicó cortando las vigas de madera de la estructura, replicando métodos de hace 800 años.
“Jade y Martin, bienvenidos a esta catedral. Martin, la conocés bien. La conocen desde arriba, ahora están abajo”, celebró el rector de Notre Dame, monseñor Olivier Ribadeau Dumas.
El trabajo de Lorentz fue clave en la restauración del techo y las vigas de madera que sostienen la estructura gótica. A pesar de que la catedral no está abierta para eventos públicos, este permiso especial marca un hito en su reactivación tras el incendio que movilizó a 250 empresas y miles de trabajadores en todo Francia.
Desde septiembre, los parisinos y turistas pueden visitar las torres restauradas de Notre Dame, con un recorrido de 45 minutos inaugurado por el presidente Emmanuel Macron. Sin embargo, el acceso a la catedral sigue controlado, y para subir a las torres hay límite de 400.000 visitantes al año. Las entradas solo se pueden sacar online, dada la alta demanda.
La boda de Martin Lorentz se suma a un año clave en la vuelta a la vida de Notre Dame, que sigue su proceso lento para recuperar toda su actividad. La ceremonia dentro del templo se convirtió en una celebración de la recuperación y el trabajo colectivo que devolvió materialmente la catedral al ámbito público.


































