Los encurtidos caseros vuelven a ganar lugar en las cocinas argentinas como una forma práctica y económica de conservar vegetales frescos y darle un toque de sabor a las comidas. Prepararlos requiere pocos ingredientes y un proceso simple que garantiza seguridad y calidad.
Para 4 frascos de 250 ml aproximadamente necesitás: 500 g de pepinos, 250 g de zanahorias, 1 cebolla mediana, 2 dientes de ajo, 500 ml de vinagre blanco o de manzana, 500 ml de agua, 2 cucharadas de sal, 3 cucharadas de azúcar, semillas de mostaza y granos de pimienta negra, y opcionalmente una ramita de eneldo.
El proceso comienza lavando y cortando los vegetales en rodajas o bastones según el caso. Luego se prepara la salmuera mezclando vinagre, agua, sal, azúcar y especias, y se lleva a hervor hasta disolver todo. Es clave esterilizar bien los frascos y tapas durante 10 minutos para evitar riesgos.
Una vez fríos los frascos, se colocan los vegetales y la ramita de eneldo, se vierte la mezcla caliente hasta cubrirlos y se tapan. Se dejan enfriar a temperatura ambiente y luego se guardan en la heladera.
Los encurtidos están listos para consumir después de 48 horas y se conservan bien durante 3 a 4 semanas. Son ideales para sumar textura y aroma a ensaladas, sándwiches y platos principales.
Con esta guía práctica, preparar encurtidos caseros deja de ser un misterio y se convierte en un recurso útil para aprovechar la abundancia de vegetales frescos y enriquecer la mesa diaria sin complicaciones.
