Un derrumbe en la histórica Torre de los Conti, en Roma, dejó un obrero muerto y puso en alerta la fragilidad del patrimonio de la ciudad.
La torre, construida en el siglo IX sobre restos del antiguo Templo de la Paz, sufrió dos desplomes en la parte alta mientras se realizaban tareas de restauración. Cinco trabajadores estaban dentro cuando ocurrió el colapso, uno de ellos falleció poco después de ser rescatado entre los escombros.
La Fiscalía de Roma ya inició una investigación para determinar las causas del accidente. La Torre de los Conti estaba abandonada desde 2007, pero en junio comenzaron obras con un presupuesto de 6,9 millones de euros para estabilizarla y reabrirla al público.
Este hecho se da en medio de un mega plan de rescate y embellecimiento para la Ciudad Eterna, apoyado por el proyecto ‘Caput Mundi’, que destina 500 millones de euros del Fondo de Recuperación italiano al patrimonio histórico.
Además, la ciudad avanza con la construcción de la tercera línea de metro que atravesará el centro de Roma, justo en las cercanías de la torre afectada. Por eso, la inauguración de la nueva estación Coliseo, prevista para mañana, fue postergada.
Alessandro Panci, arquitecto y miembro de la Comisión de Protección de Bienes Culturales, dijo que Roma tiene un patrimonio tan vasto que muchas veces “se excava un yacimiento para luego volverlo a enterrar y preservar el suelo”.
El derrumbe expone un desafío constante: la necesidad urgente de detener grietas y deterioros en monumentos que tienen miles de años. La misma fragilidad ya se había registrado en el Coliseo, aunque sus grietas fueron contenidas con restauraciones históricas en el siglo XIX.
Mientras Roma invierte millones para proteger su legado, la caída en la Torre de los Conti recuerda que el equilibrio entre conservación y protección es delicado y cualquier error puede costar vidas y amenazar siglos de historia.
































