En Argentina y el mundo, cada vez más personas eligen desayunos sin harinas refinadas para arrancar el día con más energía y mejor salud.
Después de horas sin comer, el cuerpo necesita recuperar fuerzas y activar el metabolismo. Saltarse el desayuno o llenarlo de ultraprocesados afecta el rendimiento físico y mental. Por eso, la tendencia es apostar por alimentos naturales que evitan picos de azúcar y alargan la sensación de saciedad.
Los especialistas destacan que no se trata de comer más, sino de comer mejor. Un desayuno equilibrado que combine proteínas, frutas, grasas saludables y fibras ayuda a mejorar concentración, estado de ánimo y control de peso.
Opciones efectivas y rápidas son yogur natural o vegetal con frutas frescas y semillas como chía, lino o girasol, que aportan fibra y grasas buenas. Los huevos, combinados con vegetales como espinaca, tomate o palta, son otra alternativa que genera sensación de saciedad duradera.
Para quienes buscan practicidad, los licuados de leche vegetal, banana, avena integral, miel y canela ofrecen un cóctel nutritivo y fácil de digerir. También se recomiendan preparaciones simples como pancakes con banana y huevos, sin harinas procesadas.
Los frutos secos aportan energía sostenida durante la mañana. Además, estudios señalan que el consumo de té verde ayuda a la concentración por su contenido de teanina y antioxidantes.
La clave está en pasar de harinas blancas y exceso de azúcar a versiones más naturales y nutritivas, sin eliminar totalmente los carbohidratos. Así, el primer plato del día puede brindar un impulso real para el bienestar físico y mental.
En tiempos donde la salud es prioridad, estas prácticas se consolidan y prometen marcar un cambio en los hábitos gastronómicos argentinos.


































