Estados Unidos anunció un paquete de ayuda financiera sin precedentes para Argentina que incluye un swap por US$20.000 millones y la posibilidad de un préstamo para estabilizar el mercado cambiario.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó el respaldo que superó las expectativas de los analistas y generó un fuerte impulso en Wall Street. Según Alejo Czerwonko, Chief Investment Officer en UBS para Mercados Emergentes, este nivel de apoyo “está más allá de lo que cualquier analista hubiera imaginado hace apenas semanas”.
El economista jefe de BCP Securities, Walter Molano, remarcó que el anuncio cumple la promesa del Tesoro estadounidense de reforzar las reservas argentinas y está impulsando los activos del país en los mercados.
Sin embargo, el panorama no es del todo despejado. Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital Partners, advirtió que esta ayuda probablemente tendrá condiciones que podrían afectar la política cambiaria argentina y la relación con otros actores como China.
Además, la senadora demócrata Elizabeth Warren expresó reparos sobre los riesgos políticos y financieros que implica para EE.UU. asumir este compromiso.
Desafíos estructurales y debate político
En el corto plazo, la ayuda alivia la presión financiera y eleva el optimismo en los mercados, pero no resuelve los problemas estructurales del país. Piedrahita destacó que las reformas pendientes y la estabilidad política seguirán siendo un desafío clave para la recuperación económica.
Las condiciones fijadas por Estados Unidos podrían, en el largo plazo, contribuir a reducir los costos económicos argentinos y generar un crecimiento más sostenible, aunque revertir décadas de crisis y decadencia requiere tiempo y voluntad política.
Este respaldo marca un giro en la relación bilateral y muestra la disposición de Washington para apoyar a un país en crisis, pero la apuesta lleva aparejados riesgos y debates dentro y fuera de Argentina.
