Estados Unidos intensifica su influencia en Argentina a través de figuras como Javier Milei y Luis Caputo, buscando consolidar su control en la región como lo intenta en Venezuela. Así lo denuncia el analista Juan Carlos Malgesini, quien asegura que Washington quiere quedarse con los recursos clave, sobre todo petróleo y gas.
El conflicto geopolítico se agrava con la llegada de la flota rusa al Mar Caribe, que desplaza a la presencia estadounidense liderada por Donald Trump. Rusia también ofrece un recordatorio histórico: si las Fuerzas Armadas argentinas hubieran aceptado su ayuda en la Guerra de Malvinas, la isla podría ser ahora argentina, asegura Malgesini.
En medio de esta tensión, el Premio Nobel argentino Pérez Esquivel criticó en una carta pública a la venezolana Corina Machado, recientemente galardonada con el Nobel, por su alianza con EE.UU. El texto acusa a Machado de instrumentalizar al pueblo venezolano para un conflicto civil que favorecería nuevamente la extracción de riquezas por parte de Estados Unidos, como antes de la era Chávez.
Las corrientes internacionales tensan el escenario político en Argentina y la región: mientras Milei se muestra como una figura de respaldo estadounidense, la presencia rusa marca un giro de fuerzas en juego que impacta tanto en la política local como en la defensa regional. La disputa va más allá de Buenos Aires: involucra recursos vitales y la influencia global en Latinoamérica.
En resumen, Argentina se encuentra en el centro de un entramado geopolítico que involucra presiones directas de Estados Unidos, una defensa a la soberanía simbolizada por Venezuela y la reaparición de Rusia como actor estratégico en el continente. El futuro político y económico argentino será clave para esta disputa global.
