El gusano cogollero del maíz (Spodoptera frugiperda) logró superar la resistencia que brindaba la tecnología Bt y ya está causando ataques severos en lotes de maíz temprano en el norte de Santa Fe, confirmaron técnicos del INTA.
El organismo alertó que la plaga está generando daños inusuales en lotes con maíz Bt que llevan el evento transgénico MIR 162, desarrollado por Syngenta y considerado la última barrera tecnológica contra esta oruga defoliadora. La situación es preocupante porque indica que la plaga está adaptándose y rompiendo esa resistencia genética.
Diego Szwarc, investigador del INTA Reconquista, explicó que la aparición temprana y con alta intensidad de la oruga cogollera es atípica para esta época y que la infestación se registra incluso donde, en teoría, no debería haber larvas activas. Este fenómeno se debe a un manejo incorrecto de la tecnología Bt, principalmente a la baja adopción de refugios, que son franjas sembradas con maíz no Bt que ayudan a retrasar la resistencia en la plaga.
“Estamos viendo daños severos en el interior de los cogollos y defoliación que ya requieren intervención. Cuando más del 20% de las plantas presenta daño y larvas vivas, hay que aplicar insecticidas de inmediato”, advirtió Szwarc, subrayando que confiar solo en el gen Bt ya no es suficiente.
La implementación de refugios estructurados sigue siendo la herramienta clave para preservar esta tecnología. Sin embargo, desde hace años el cumplimiento por parte de los productores es bajo y además la propia industria semillera ha bajado la prioridad en esta práctica, aumentándose la presión seleccionadora sobre las poblaciones del gusano cogollero.
El INTA recordó que el refugio debe ocupar al menos un 10% del lote con maíz no Bt de ciclo similar al principal y que refugios en bolsa no son recomendables porque facilitan la adaptación de la plaga. La falta de esta estrategia adecuada ha dejado expuesta la tecnología Bt y esto podría derivar en la necesidad de incrementar el uso de insecticidas, lo que además incrementa costos de producción.
El gusano cogollero es una de las principales plagas del maíz en América y esta campaña climática en particular, junto con las fallas en el manejo integrado, han acelerado su expansión.
Si esta resistencia se extiende a las zonas agrícolas centrales de Santa Fe, la situación podría complicarse aún más, según indicaron los técnicos del INTA. Hasta ahora no existe ningún otro evento transgénico que pueda reemplazar al MIR 162, lo que pone en jaque la próxima temporada de cultivo.
El llamado urgente desde el INTA es a intensificar el monitoreo constante, abrir cogollos para detectar larvas y daños iniciales, y no esperar para entrar con controles químicos que sean efectivos en el larval temprano. “Lo que no se cuida se pierde, y luego vienen las pérdidas significativas en rendimiento”, cerró Szwarc.
Santa Fe, uno de los principales polos maiceros del país, enfrenta uno de sus retos más duros contra una plaga que evoluciona y exige una respuesta rápida, técnica y coordinada para preservar la sustentabilidad del cultivo y la tecnología genéticamente modificada que hasta ahora había marcado la diferencia.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				