El esquema cambiario argentino está en jaque. El dólar mayorista volvió a subir un 2,56% y cerró en $1.482, muy cerca del límite superior de la banda oficial. El volumen de operaciones también repuntó y llegó a US$58 millones en la primera rueda de la semana, un salto importante desde los US$359 millones del viernes anterior.
Analistas y actores del sector productivo coinciden: el Gobierno debe decidir rápido el futuro del régimen cambiario para evitar que la presión sobre el dólar y la volatilidad sigan creciendo. Desde el triunfo electoral del 26 de octubre, el sistema de bandas luce cada vez más débil y la sensación en la City es de mucha cautela y apuestas especulativas.
En paralelo, volvieron a sonar fuerte las versiones sobre una posible dolarización total de la economía bajo el próximo Gobierno de Javier Milei. Fuentes cercanas deslizaron a Iprofesional que la administración podría evaluar este cambio radical. La pulseada sobre esta medida creció al trascender que la Casa Blanca consultó al economista Steve Hanke, conocido por promover esquemas dolarizadores, sobre la posibilidad de implementarla en economías emergentes como Argentina.
Domingo Cavallo también reactivó el debate al proponer una convertibilidad estricta entre peso y dólar. Sin embargo, expertos advierten que dolarizar la economía implicaría renunciar a la política monetaria local y atar todo a la economía estadounidense, un riesgo grave ante la fragilidad fiscal y las reservas limitadas.
En el centro de la tormenta está la escasez de dólares. Privados estiman que las exportadoras del agro liquidarán apenas US$400 millones durante noviembre, lejos de las necesidades para sostener el mercado. “El dólar se mantiene alto porque no hay oferta privada y el agro ya adelantó sus ventas”, explicó el economista Juan Manuel Tellechea.
El Banco Central, con su vicepresidente Vladimir Werning, confirmó que priorizarán la compra de divisas para fortalecer reservas, en un plan de remonetización de la economía. Por ahora, Milei evitó dar plazos pero ratificó que la estabilidad macroeconómica será clave para avanzar.
De cara a diciembre y enero, se espera una mejor oferta de dólares gracias a la cosecha fina, con un alivio real recién probable entre marzo y abril con la gruesa. Mientras tanto, el mercado sigue pendiente del dólar y de las definiciones que el Gobierno aún no da.
































