El peronismo volvió a perder una elección nacional en la Provincia de Buenos Aires, dejando al descubierto una crisis interna y una fractura en la unidad entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner. La derrota, clave para el futuro del sello gobernante, cayó en manos de La Libertad Avanza (LLA), que ganó con el 41,50% contra el 40,86% del peronismo.
En septiembre, en una elección desdoblada diseñada por Kicillof, Fuerza Patria había ganado por 14 puntos, pero la fuerza que responde a Javier Milei dio vuelta la década de ventaja y dominó las elecciones legislativas nacionales. El triunfo de Diego Santilli en el principal distrito electoral del país lo posiciona como un actor clave para la gobernación en 2027 y una pieza probable del próximo gabinete nacional en el marco del ajuste ministerial anunciado por el Presidente.
El impacto es severo: el peronismo sólo logró imponerse en seis provincias, entre ellas Santa Cruz y San Juan, donde incluso actúa como oposición. Perdió en distritos clave gobernados por el PJ como Tierra del Fuego y La Rioja. Otros triunfos aparecieron en Tucumán, Catamarca, Formosa y La Pampa.
El resultado pone en evidencia el fracaso del intento peronista de mantener la hegemonía electoral frente a la fuerza radicalizada de Milei, que sacó ventaja en distritos tradicionalmente del peronismo.
El desdoblamiento electoral impulsado por Kicillof fue criticado por Cristina Fernández y La Cámpora, que argumentaron que la estrategia debilitaba al peronismo a nivel nacional. Ahora, con la derrota consumada y el fracaso del candidato Jorge Taiana, la interna se profundiza. Cristina incluso salió a celebrar en su balcón de San José 1111, marcando distancia con las decisiones del gobernador bonaerense.
La elección estuvo marcada por una fuerte polarización, con el peronismo sosteniendo su condición de segunda fuerza, pero viendo cómo desaparece su principal competencia de centroizquierda, Juntos por el Cambio, absorbida por LLA. El ninguneo y las tensiones internas en el PJ se expresaron además en la candidatura frustrada de intendentes como Fernando Gray, que competía por fuera de Fuerza Patria y apenas obtuvo el 1%, cifra insuficiente para desplazar los votos que definieron la derrota.
La crisis se profundiza en el seno del peronismo ante este “cisne negro” que desborda expectativas internas y abre un interrogante sobre su capacidad de renovación y unidad institucional. El liderazgo de Kicillof en la Provincia y la influencia de Cristina están en juego, mientras el fenómeno Milei redefine el mapa político nacional.

































