La causa por el homicidio de Aralí Vivas, la niña de 8 años asesinada en noviembre de 2024 en Brinkmann, fue elevada a juicio con pedido de prisión perpetua para la madre, el padrastro y un amigo. El fiscal Francisco Payges solicitó citar a los imputados por abuso sexual reiterado y el asesinato calificado de la menor.
Los acusados son Rocío Milagros Rauch, madre de Aralí; Matías Ezequiel Simeone, pareja de Rauch; y Cristian Hernán Varela, amigo de Simeone. Permanecen detenidos en el Complejo Carcelario Padre Luchesse de Bouwer mientras la Cámara del Crimen de San Francisco define las fechas del juicio con jurados populares.
La investigación forense confirmó que Aralí sufrió abusos sistemáticos y murió por un traumatismo craneal antes de que Simeone provocara un incendio para borrar pruebas. Además, se encontró material genético masculino relacionado con los acusados. Cámaras de seguridad también registraron movimientos sospechosos de los hombres en los días previos al crimen.
La acusación incluye abuso sexual con acceso carnal agravado por vínculo, condición de menor y participación de varios agresores en forma reiterada. El asesinato está calificado por vínculos, violencia de género y criminis causae. La decisión de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) de autorizar la revinculación de Aralí con Rauch y Simeone semanas antes del crimen quedó en el centro del debate, dado que existían antecedentes de violencia y consumo de sustancias.
El fiscal aclaró que no hay todavía elementos suficientes para imputar a Senaf y que la investigación sigue abierta. Rauch, desde prisión, negó cualquier participación y afirmó que salió a hacer trámites y buscar alimentos el día del hecho.
El juicio será clave para resolver responsabilidades en un caso que puso en evidencia fallas graves en la protección infantil y conmocionó a la comunidad local.
