La tensión por las negociaciones salariales en el sector maderero escaló esta semana cuando FAIMA y la CEM repudiaron públicamente los ataques personales contra dirigentes empresarios.
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) y la Confederación Económica de Misiones (CEM) salieron a defender al presidente de AMAYADAP, Enrique Bongers, tras duras críticas difundidas por el sindicato USIMRA en redes sociales.
Desde FAIMA, su presidenta Mercedes Omeñuka lamentó la personalización del conflicto y aclaró que las disputas deben mantenerse en el ámbito institucional.
“Rechazamos toda descalificación hacia el ingeniero Bongers y cualquier representante sectorial”
, señalaron en el comunicado.
La federación que agrupa a las cámaras madereras del país hizo un llamado a buscar un diálogo responsable y mantuvo la confianza en que la negociación podrá reconducirse con buena fe para priorizar el bienestar del sector y evitar mayores tensiones.
Por su parte, la CEM también manifestó su “repudio absoluto” a las calumnias contra Bongers y pidió privilegiar el diálogo institucional para resolver el conflicto que afecta al sector forestoindustrial en Misiones y al conjunto de las pymes.
El origen del conflicto salarial
El malestar surgió luego de que AMAYADAP cuestionara los acuerdos salariales entre FAIMA y USIMRA, que consideran poco representativos de la realidad económica regional. Bongers evaluó incluso retirar a su cámara de FAIMA por la discrepancia con los incrementos pactados, que incluyen subas acumuladas cercanas al 5,6% durante el último convenio.
En declaraciones recientes, Bongers explicó que las alzas sucesivas de 2%, 2% y 1,6% fueron difíciles de asumir para las industrias misioneras, amenazadas por una caída en la demanda y menor capacidad operativa. Propuso suspender las negociaciones hasta fin de año para que las empresas puedan abonar aguinaldos y vacaciones, dejando claro:
“No pedimos no pagar, pedimos tiempo para sostener la mano de obra”
.
El dirigente también criticó que los representantes de FAIMA no reflejan las condiciones particulares de las provincias forestales y apoyó la idea del Gobierno Nacional de avanzar hacia negociaciones salariales regionalizadas para ajustar las diferencias productivas.
Clima de tensión y llamado a la calma
Las expresiones cruzadas y posturas enfrentadas generaron un clima de tensión en un sector que emplea a miles de trabajadores pero lucha con márgenes cada vez más reducidos por costos altos y baja actividad.
En ese escenario, FAIMA y CEM buscan evitar que el conflicto escale y volvieron a insistir en que las diferencias se resuelvan en los ámbitos formales y con respeto, no en redes sociales ni a través de ataques personales.
Hasta ahora, la pulseada paritaria sigue abierta con reclamos empresarios por previsibilidad y los trabajadores exigiendo mejoras que acompañen la inflación.


































