La renuncia del diputado José Luis Espert a su candidatura generó un escándalo político y un impacto directo en el gasto público del Estado argentino.
Los candidatos a diputados nacionales por Fuerza Patria, Jimena López y Sebastián Galmarini, cuestionaron públicamente al gobierno de Javier Milei por el enorme costo que implicaría la reimpresión de las boletas electorales debido a esta baja inesperada.
La inclusión y posterior retirada de Espert obliga a que la Cámara Nacional Electoral ordene la reimpresión masiva de boletas para los comicios, un proceso complejo y oneroso. López y Galmarini denunciaron esta situación vía X (antes Twitter), subrayando que el Estado podría gastar millones de pesos extra en esta maniobra.
Hasta ahora, no hay un monto oficial confirmado sobre cuánto costarán las nuevas impresiones, pero fuentes del área electoral reconocen que solo el papel, la impresión y la distribución pueden representar un gasto millonario para las arcas públicas.
Desde el entorno del gobierno de Milei no emitieron una respuesta oficial frente a las críticas, pero el episodio abre un debate sobre la planificación y control electoral, así como la responsabilidad política de las candidaturas presentadas y luego retiradas.
Con las elecciones ya cerca, la logística para reemplazar las boletas no solo implica dinero, sino también un desafío operativo para garantizar que el voto de los argentinos no se vea afectado.
Jimena López y Sebastián Galmarini advirtieron que estas situaciones no solo afectan al bolsillo del Estado sino que comprometen la estabilidad política y la confianza ciudadana en el sistema electoral.
