El IV Encuentro Internacional de Carnavales del Caribe concluyó esta semana en Barranquilla, convocando a representantes de toda la región, académicos, investigadores y gestores culturales bajo un mensaje firme: fortalecer la integración cultural y promover la sostenibilidad.
El evento, liderado por el Carnaval de Barranquilla, duró dos días y abordó los grandes desafíos globales que afectan a estos festivales tradicionales, entre ellos, el cambio climático y el impacto de los avances tecnológicos, sociales y económicos en las comunidades que los celebran.
En la jornada final, los participantes destacaron la necesidad de unir a los carnavales del Caribe para proteger la diversidad cultural que los distingue y usarlos como palancas para el desarrollo y la mejora económica en los territorios involucrados.
Uno de los puntos centrales fue promover prácticas responsables que aseguren la supervivencia de las expresiones culturales en un contexto de cambios acelerados y amenazas ambientales.
El encuentro también sirvió como plataforma para discutir cómo la cultura puede ser un motor de inclusión social y desarrollo sostenible, frente a retos comunes.
El llamado fue claro: sin integración real ni cuidado ambiental, los carnavales, uno de los emblemas culturales más fuertes de la región, podrían perder relevancia y significación.
Este mensaje cobra particular peso para América Latina, que ve en sus fiestas tradicionales una oportunidad para fortalecer identidad y economía local. El Carnaval de Barranquilla, uno de los más grandes y reconocidos de la región, asumió el rol de anfitrión y líder, buscando una agenda común.
Concluido el encuentro, queda pendiente la implementación concreta de políticas y alianzas que traduzcan estos acuerdos en hechos que beneficien a las comunidades generadoras de estos festivales.
