La Confederación General del Trabajo (CGT) avanzó esta semana en consolidar su unidad y estrategia frente a la reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional. Tras la elección de su nuevo triunvirato integrado por Jorge Sola, Octavio Arguello y Cristian Jerónimo, la central obrera redobla la apuesta para negociar sin ceder en derechos laborales.
El congreso realizado en el estadio Obras Sanitarias definió a estos tres líderes como cosecretarios generales, con una agenda propia para enfrentar el proyecto oficial. La CGT busca representar a los sectores industriales, de servicios y transporte, con un enfoque de renovación generacional en su conducción.
Jerónimo, uno de los nuevos jefes, avisó con claridad:
“Nos vamos a plantar ante cualquier cuestión que signifique un retroceso, como el aumento de la jornada laboral, y responderemos a la altura de la CGT”.
La central se opone a extender la jornada a 12 horas, en contraste con debates en otros países que buscan reducir horas de trabajo.
Desde la CGT cuestionan la falta de diálogo formal por parte del Gobierno y la ausencia de una propuesta oficial concreta para la reforma. Al mismo tiempo, sostienen que no rechazaran discutir convenios colectivos si los debates son serios y racionales.
Fuentes internas reconocen que la unidad plena dentro de la CGT está en construcción y llaman a una autocrítica interna para lograrla. El consenso en la lista única fue celebrado por gobernadores peronistas, que acompañan la negociación contra posibles retrocesos en derechos laborales.
La crítica también apuntó contra el Ejecutivo de Javier Milei, responsabilizado por pérdida de empleo y recesión económica desde su asunción. En contraste, la CGT pide “seriedad” para modernizar aspectos del trabajo sin que ello implique deterioro para los trabajadores.
La tensión crece a pocos días de que el Gobierno comience formalmente el debate parlamentario sobre la reforma laboral, una de las promesas centrales del oficialismo para su gestión 2025-2029. La CGT busca llegar con fuerza para frenar medidas que consideran un retroceso social.


































