La clásica llave metálica está quedando atrás en Argentina y el mundo. Cada vez más hogares adoptan cerraduras digitales que permiten abrir la puerta con el celular, huellas digitales, códigos temporales o incluso comandos de voz.
Las cerraduras inteligentes integran sistemas biométricos avanzados como reconocimiento facial y escaneo de iris, lo que eleva la seguridad y casi elimina la posibilidad de copias no autorizadas. También se vinculan con asistentes virtuales como Alexa o Google Home, abriendo la puerta automáticamente al detectar el smartphone del usuario cerca.
El mercado avanza rápido y expertos estiman que para 2030 la mayoría de las viviendas nuevas tendrán algún tipo de cerradura inteligente. Además de casas, crecen en edificios y oficinas donde la gestión centralizada de accesos reduce riesgos por pérdidas de llaves físicas.
Riesgos y alternativas
Pero no todo es cómodo y seguro a prueba de todo. Expertos advierten sobre la vulnerabilidad a ciberataques si el sistema no está bien configurado o el software no se mantiene actualizado. Por eso resulta clave usar sistemas encriptados y revisar las actualizaciones.
Otra dificultad es el acceso en emergencias. Algunos modelos cuentan con llaves físicas de respaldo o baterías que garantizan el funcionamiento ante cortes de luz o fallas en el Wi-Fi, evitando que los usuarios queden encerrados o sin acceso.
En definitiva, la tendencia tecnológica está redefiniendo la forma en que bloqueamos y desbloqueamos nuestras casas. Cerraduras inteligentes ofrecen comodidad y seguridad, aunque exigen cuidados especiales para evitar problemas tecnológicos.
