Mendoza entra en la última semana de campaña electoral con un cierre austero y sin grandes sorpresas en el horizonte. La coalición oficialista La Libertad Avanza junto a Cambia Mendoza (el radicalismo) se mantiene como favorita para quedarse con el primer puesto, asegurando la renovación de las tres bancas en juego para la Cámara de Diputados de la Nación.
El peronismo aparece como segunda fuerza, aunque aún queda por verse qué distancia logrará sacar el oficialismo y si el kirchnerismo local, que nuclea intendentes y La Cámpora, podrá mejorar su caudal de votos respecto a elecciones previas. Este último será un dato clave para armar el tablero político de cara a 2027 y decidir quién podría ser el próximo candidato fuerte del oficialismo tras Alfredo Cornejo.
El foco de preocupación en todos los partidos es el ausentismo, que podría marcar la elección este domingo 26 de octubre. Según la encuestadora Martha Reale, de Reale-Dalla Torre, todavía hay un 20% de indecisos y las expectativas de participaciónde rondan el 65%-70%. Esto está lejos del 75% registrado en las PASO de 2021 en Mendoza y sigue la tendencia baja que vienen mostrando las elecciones provinciales en 2025, salvo excepciones como Corrientes, que logró un 72%.
La cantidad de votantes habilitados en esta elección supera el millón y medio, 1.523.848 electores. Reale aclara que las decisiones de ir a votar suelen definirse en última instancia, por lo que sólo el conteo oficial despejará las dudas de participación.
Un dirigente radical involucrado en la campaña reconoce la apatía que se percibe pero apuesta a un repunte de la actividad electoral en la última semana:
“La gente se está dando cuenta de que hay que votar y se está interiorizando del tema”
Mientras, el radicalismo prepara su cierre del miércoles en el club Andes Talleres, lugar tradicional para sus eventos, con una conferencia de prensa donde estará el candidato Luis Petri. El peronismo, con menor presupuesto, aún define un cierre austero y no realizó mediciones recientes; su última encuesta de hace más de un mes anticipaba una participación entre 60 y 65%.
Tras un 2025 electoral convulsionado, con altísima polarización y cambios en las preferencias, Mendoza enfrenta esta elección intermedia con la premisa de confirmar la fortaleza del oficialismo y medir la capacidad del peronismo para remontar posiciones. Lo cierto es que las urnas tendrán la última palabra sobre la salud electoral local en un contexto marcado por la incertidumbre sobre la movilización ciudadana.


































