El respaldo de la Casa Blanca a la administración de Javier Milei le dio un giro abrupto a la escena financiera argentina. El dólar mayorista cayó ayer a $1.369, una baja de 2,8% en la jornada que acumula una caída del 7,2% en dos días, mientras que el minorista cerró en $1.385, con una baja del 3,1%. La reacción del mercado se tradujo además en una fuerte suba de bonos de hasta 6,7% y el riesgo país que, si bien terminó en 1.007 puntos, sigue 20% arriba del nivel de comienzos de mes.
La señal del gobierno de Donald Trump, dispuesto a “hacer todo lo necesario” para estabilizar la economía argentina, desató nuevas expectativas y un alivio financiero inmediato, pero dejó a Milei con un dilema de peso: ¿seguir permitiendo un dólar barato vinculando el precio oficial a la baja temporal de retenciones, o aprovechar esa ola para que el Banco Central (BCRA) compre divisas y acumule reservas?
En las próximas semanas, la liquidación anticipada por la eliminación temporal de retenciones en el agro generará una oferta extraordinaria de dólares, estimada en unos u$s7.000 millones. Esa entrada masiva de divisas puede bajar aún más el dólar, pero hay voces que advierten sobre el riesgo de no aprovechar para engrosar reservas ante futuras turbulencias, especialmente en vísperas de las elecciones.
Lucas Llach, asesor cercano al Ministerio de Desregulación, advirtió sin rodeos: “Hay que flotar. Ya. Si todo va a estar bien, no hay diferencia. Pero si de acá a la elección llega un accidente que cambie la percepción del tipo de cambio, ¿qué es peor: perder reservas rápido o que el dólar supere el techo de la banda?”
El llamado a reforzar el stock de reservas viene de diferentes sectores, incluso de economistas ortodoxos ligados al oficialismo. Christian Buteler pidió que el BCRA “corrija la decisión de comprar sólo en el piso de la banda y aproveche la mayor oferta para fortalecer reservas genuinamente”. En tanto, la consultora Portfolio Personal Inversiones (PPI) planteó la disyuntiva en un informe dirigido al equipo económico: “¿Dejar que la baja del dólar siga o que el Tesoro intervenga con compras para poner un piso al tipo de cambio?”
Emiliano Anselmi, economista jefe de PPI, señaló que aunque la presión cambiaria amainó, es probable que vuelva antes de las elecciones. Desde Nueva York, Guillermo Mondino aseguró que la estabilización “pasa por la compra de divisas y no se puede postergar más esa decisión”, un cambio de postura tras la negativa del Gobierno a reconocer un tipo de cambio más alto.
En redes, el reclamo es fuerte. El analista financiero Lerandro Zicarelli tuiteó en mayúsculas: “RECOMPREN RESERVAS, NO LA DEJEN PASAR. NO SEAN CAPRICHOSOOOOS, ES AHORA”. Mientras tanto, Pablo Moldovan de la consultora C-P hizo un llamado a acompañar la liquidación anticipada con un cronograma claro de compras, no solo para recuperar las divisas vendidas al FMI sino para evitar repetir la crisis que atraviesa hoy Argentina.
El Gobierno está ante una encrucijada que puede definir la estabilidad del mercado cambiario en las semanas clave que vienen. Permitir que el dólar siga bajando puede apagar momentáneamente la presión, pero supone renunciar a fortalecer las reservas, un colchón vital para enfrentar riesgos futuros.
